Contradicciones en crimen


Crimen. El monseñor Juan Gerardi Conedera fue ultimado la noche del 26 de abril de 1998.

Una serie de contradicciones localizadas en la documentación del caso del asesinato contra monseñor Juan José Gerardi Conedera; liga; a pocos dí­as de conmemorarse diez años del crimen, a doce militares más en ese hecho sangriento.

Gerson Ortiz
lahora@lahora.com.gt

La fiscalí­a especial del Ministerio Público (MP) que conoce actualmente el caso, refiere que las declaraciones prestadas durante la fase de las investigaciones primarias del hecho son contradictorias a las emitidas por los ahora sospechosos durante el desarrollo del debate.

Rudy Vinicio Pozuelos Alegrí­a, Juan Franciso Escobar Blas, Darí­o Morales Garcia, Carlos René Alvarado, Luis Alberto Lima Oliva (hermano de Byron Lima, enjuiciado y condenado), Julio Manuel Meléndez Crispí­n, Edgar Antonio Carillo Grajeda, Hugo Nájera Ruiz, Santos Enriquez Hernández Pérez, Erick Medrano Garcí­a, Misael Alberto Chinchilla Monzón y Erick Estuardo Barillas (fallecido); son los militares contra quienes el Tribunal Tercero de Sentencia ordenó dejar proceso abierto.

Jorge Garcí­a, actual fiscal del caso, explicó que las nuevas pesquisas efectuadas por esa unidad refirieron a las anteriores personas, que trabajaban en el Estado Mayor Presidencial (EMP) en 1998.

«Está documentado que ellos se presentaron a declarar en el MP y dijeron cosas distintas a las que declararon durante el debate, y sobre todo negaron la presencia de Lima en el EMP la noche que asesinaron a monseñor Gerardi», declaró el fiscal Garcí­a.

Un muerto y un desaparecido

Según continúa el informe de la fiscalí­a, uno de los miembros del EMP que se encuentra en el actual listado del MP, «fue socio comercial de Byron Lima»; se trata del fallecido Urí­zar Barillas, quien en 1998 administraba la empresa de venta de armas Impacto, S. A.

Las pesquisas individualizaron a una segunda persona como Ricardo Moscoso Celada; quien en la fecha en la que se dieron los hechos era el Representante Legal de la empresa Comagro, S. A., la cual se ubicaba en el mismo local de la anterior.

Garcí­a explicó que Moscoso Celada «desapareció sin dejar rastro mientras se dirigí­a hacia una frontera a comprar repuestos (…) los familiares lo buscaron en morgues y hospitales y no hay rastros ni de él ni del vehí­culo en el que se conducí­a».

El fiscal refirió, finalmente, que las personas individualizadas a la fecha no tienen orden de captura pendiente, que la documentación aún se está analizando, y que pudieron no haber participado de forma material en el asesinato de Gerardi; «sino quizá a través de un encubrimiento», explicó.

Gerardi fue asesinado el 26 de abril de 1998, dos dí­as después de la presentación del informe Recuperación de la Memoria Histórica (Remhi), el crimen ocurrió mientras entraba en su casa en la parroquia de San Sebastián; aunque la hipótesis preliminar fue que lo golpearon en el rostro con un bloque de hormigón; el MP realiza un inventario de las evidencias y podrí­an reevaluar que el lí­der eclecial haya sido asesinado con ese trozo de piedra.

Los militares: Byron Lima Estrada, Byron Lima Oliva Obdulio Villanueva, y el sacerdote Mario Orantes Nájera fueron condenados a 20 años de prisión el 8 de junio de 2001.

«Está documentado que ellos se presentaron a declarar en el MP y dijeron cosas distintas a las que declararon durante el debate, y sobre todo negaron la presencia de Lima en el EMP la noche que asesinaron a monseñor Gerardi»

Jorge Garcí­a,

fiscal