Guatemala es un país de contrastes en todo sentido, deja y genera inquietudes y dudas, a lo grande. Enfatizo acerca del binomio: crisis, comercio, que exhibe situaciones opuestas, obviamente. Sin embargo, conviven en la práctica los segmentos poblacionales, pese a esas diferencias.
jddrojas@yahoo.com
En la actualidad atraviesa por una crisis monetaria mayúscula, sin precedentes que hizo mella a finales del año anterior y sin inicios del año presente. No obstante del criterio gubernamental publicita que seguimos adelante, cuya dirección conduce sí, pero entre intentos fallidos.
Afectan sobremanera el hambre, desempleo, salarios miserables, alto costo de vida, ausencia de compensadores sociales, que conforman el pomo. Además, conforman el tiro de gracia los elevados precios del petróleo y los intentos de racionar la electricidad, como si lo anterior fuera poco.
La gran mayoría poblacional está, de hecho, con una mano atrás y otra adelante, desde buen tiempo ha. Existe insatisfacción, mucho malestar y también desconsuelo, ante la indiferencia de las autoridades. De ajuste ya nos encontramos en plena euforia del ambiente preelectoral, al rojo vivo.
No obstante la contrapartida viene a ser la expansión notoria del comercio formal, aquí y allá. Esto mismo fomenta el consumismo de cualquier manera en medio del status económico en declive evidente, como por arte de magia se manifiesta simultáneamente y constituye una contradicción cruda.
Nuevos centros comerciales significan y dan signos diferentes a la capital y algunas cabeceras departamentales importantes que reúnen previos estudios de factibilidad. En nuestra metrópoli construyen esos negocios en sitios estratégicos con una constante digna de mejor suerte para el país.
Por lo tanto surge la cajonera pregunta ¿qué nos pasa? En resumidas cuentas del gran capitán, la dicotomía: Crisis, Comercio tiene presencia, por que siempre persistirá la enorme diferencia entre ricos y pobres, agranda más y más en la medida que transcurre el tiempo inexorable.