El tercer Congreso Mundial contra la Pena de Muerte se celebra del jueves al sábado en París con el objetivo de lograr una abolición universal que pasa, según los organizadores, por avances en tres zonas: China, ífrica del Norte y Oriente Medio, y Estados Unidos.
Más de mil participantes y unos cien oradores están previstos en esta tercera edición, después de las celebradas en Estrasburgo en 2001 y Montreal en 2004, por iniciativa de la asociación Juntos Contra la Pena de Muerte (ECPM, en sus siglas francesas).
La pena capital está «más de actualidad que nunca», estima ECPM, recordando que «Saddam Hussein fue ejecutado el 30 de diciembre en condiciones indignas, después de un proceso no equitativo y sin ser juzgado por la mayor parte de sus crímenes» y se refiere a la condena a muerte en Libia, el pasado 19 de diciembre, de cinco enfermeras búlgaras y un médico palestino.
Pero ECPM señala asimismo «avances notables: Senegal (2004), México (2005), Liberia (2005), Filipinas (2006) abolieron la pena de muerte para todos los crímenes, Tayikistán suspendió la aplicación de la pena capital (2004) y el Tribunal Supremo de las Bahamas abolió las condenas a muerte obligatorias (2006)».
«Nunca hubiera pensado que 25 años después, nosotros (los Estados abolicionistas, ndlr) seríamos tan mayoritarios en las Naciones Unidas», confió el ex ministro francés de Justicia Robert Badinter, artífice de la abolición en Francia en 1981, en su presentación del Congreso.
«Antes eran los abolicionistas los que estaban siempre a la defensiva, teníamos que justificar constantemente nuestro discurso, y ahora son los partidarios de la pena de muerte, allá donde van, los que están a la defensiva», subrayó, recordando el malestar del presidente norteamericano George W. Bush después de la ejecución de Saddam Hussein.
«Geográficamente, tenemos tres centros principales donde debemos obrar. El primero, y el más evidente, es China», añadió Badinter. Existe «un segundo frente, Estados Unidos» y «el tercero es evidentemente la región de Oriente Medio», agregó.
Según ECPM, «2.148 personas fueron ejecutadas en 22 países» en 2005 y «94% de las ejecuciones se produjeron en China, Irán, Arabia Saudita y Estados Unidos».
Michel Taube, delegado general de ECPM, hizo hincapié en dos debates: el jueves, sobre las perspectivas de abolición en ífrica del Norte y Oriente Medio; el viernes acerca de China antes de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
«Hará falta, y estamos convencidos de que es inminente, que un país árabe decida abolir la pena de muerte y lance el movimiento en esa región del mundo», explicó Michel Taube, de regreso de una visita a Marruecos, cuyo ministro de Justicia, Mohamed Buzubaa, está invitado al Congreso.
«Juntos Contra la Pena de Muerte hará un llamamiento a favor de una tregua de ejecuciones en China en base al espíritu olímpico», anunció.
Un mensaje del Papa y del Dalai Lama será dirigido a la reunión, según Taube, que subraya la «dimensión religiosa» del problema de la pena de muerte.
Entre los oradores previstos figuran Bianca Jagger, ex esposa del cantante de los Rolling Stones y militante de los derechos humanos, un representante del mufti de Egipto y ex reos de muerte declarados inocentes.
A pesar del número de condenadas pronunciadas, los abolicionistas hacen gala de optimismo.
«La tortura ha desaparecido oficialmente de este mundo», destacó Badinter, y agregó que «la pena de muerte como principio de justicia, la justicia que mata, desaparecerá y antes de lo que se piensa».