Impulsar el crecimiento, controlar la inflación y sostener el empleo serán los grandes objetivos de Venezuela a corto plazo, anunció ayer un equipo de ministros previendo que 2009 terminará con un crecimiento del PIB cercano a cero o tal vez negativo y una inflación de 27%.
En una rueda de prensa, los titulares de Economía, Alí Rodríguez, y de Planificación, Jorge Giordani, y el presidente del Banco Central, Nelson Merentes, reiteraron que para aliviar la economía habrá nuevas emisiones de bonos, pero descartaron una devaluación del bolívar, cuya tasa de cambio oficial es de 2,15 por dólar.
«Pudiésemos estar este año cercanos al cero» de crecimiento del PIB, aseguró Merentes, antes de admitir: «Probablemente podamos decrecer».
Para 2010, los responsables previeron que el crecimiento será de 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB).
El PIB venezolano acumula un retroceso de 1% en el primer semestre de este año después de haber crecido un 4,8% en 2008.
«Creemos que ya hemos llegado al (punto) mínimo», insistió Merentes, explicando que hay indicadores que muestran «un punto de inflexión» positiva en el último trimestre.
Sobre la inflación, los ministros reconocieron que es un tema «complejo» y previeron que los precios aumenten un 27% este año y entre 20 y 22% en 2010.
De enero a septiembre de este año, los precios subieron 18,5% y en los últimos 12 meses, la inflación fue de 27,3%, según cifras oficiales.
Pese a todo, los ministros subrayaron que Venezuela «aguanta» frente a la crisis mundial, y subrayaron su política social «inclusiva» y su objetivo de poner la economía «al servicio del desarrollo humano».
«Esta es una crisis estructural del capital (…) Aquí no hubo tanto impacto porque se tomaron medidas. El gobierno de (el presidente Hugo) Chávez no le teme a la transparencia», aseguró Giordani.
Por su parte, Rodríguez reiteró que habrá nuevas emisiones de bonos como la realizada la semana pasada por 4.991 millones de dólares, que tuvo una demanda cuatro veces superior a la oferta, lo cual muestra la escasez de dólares en este país.
Rodríguez no dio montos ni fechas pero sí admitió que uno de los objetivos de estas emisiones es controlar el mercado de cambio.
Esta venta de bonos en bolívares permite a empresas y particulares obtener del Estado dólares a un precio superior al oficial (2,15 bolívares por dólar) pero inferior al del mercado paralelo.
Al introducir esta liquidez en el mercado, el precio del dólar no oficial retrocede. El mercado paralelo se disparó enormemente en los últimos meses debido a la reducción en la entrada de divisas petroleras que se tradujo en serias restricciones en la entrega de dólares gubernamentales al precio de 2,15 bolívares para importadores y ciudadanos.
Según el gobierno, la diferencia entre el cambio oficial y el paralelo no debe ser de más de 60% a finales de este año.
Sin embargo, las autoridades venezolanas descartan una devaluación de la moneda local.
«No está planteada», insistió Merentes.
En la rueda de prensa no se divulgó finalmente el esperado paquete de medidas económicas destinadas a enderezar la economía y los responsables se concentraron en los objetivos macroeconómicos del gobierno.
«No lo vamos a decir todo hoy. Esto es como una novela, poquito a poquito (…) Siempre están esperando el paquete pero este gobierno toma medidas todos los días», aseguró Giordani, previendo anuncios de cada ministerio para lograr los objetivos propuestos.
Sobre el petróleo, los responsables insistieron en que en el presupuesto 2010 continuará fijado en 40 dólares el barril.
«Puede ser superior. Ojalá que así sea pero debemos ser prudentes», dijo Rodríguez.
Venezuela, país netamente importador, sostiene su balanza de pagos gracias a las exportaciones de crudo. El petróleo venezolano registra un precio medio de 52,36 dólares en lo que va de año después de haberse mantenido por encima de 100 buena parte de 2008.
Cuba, que ya se resintió este año por los problemas de la economía venezolana, puede ser nuevamente afectada por la contracción de su crecimiento, anunciada ayer en Caracas, aunque analistas descartan un impacto del paquete anti-inflacionario.
«Los recortes grandes en inversiones (en Cuba) tienen que ver con los recortes fiscales que tuvo que hacer (el presidente Hugo) Chávez por la baja del precio del petróleo», dijo un economista local, que descartó sin embargo una relación de impacto en la isla del paquete antiinflacionario.
Caracas dictó medidas para reactivar el crecimiento de la economía, luego de que en el segundo trimestre se registrara la primera contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en un lustro, y prevé un crecimiento cercano a 0% o tal vez negativo, tras registrar 4,8% en 2008.
«No creo que (Chávez) vaya a hacer nuevos recortes fiscales, lo que va a hacer es medidas antiinflacionarias, fundamentalmente para compensar el tema, una cosa son recortes fiscales y otras medidas antiinflacionaria, son dos medidas de índole totalmente diferentes», opinó el analista, que solicitó no ser identificado.
Venezuela es el primer socio comercial de Cuba (4.892 millones de dólares) y abastecedor de petróleo -100.000 barriles diarios-, mantiene con la isla un fuerte programa de cooperación, que cerró 2008 con la ejecución de 76 proyectos por 1.355 millones de dólares.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) dijo en 2008 que debido a la menor actividad de la economía mundial y en especial de Venezuela y China el PIB cubano «podría ser menor a lo previsto».
Ambos países suscribieron en 2004-2005 acuerdos para el trabajo de 30.000 profesionales de la salud cubanos en Venezuela, la construcción y funcionamiento de 1.235 centros de salud, la capacitación de 40.000 médicos venezolanos, así como becas a 10.000 venezolanos para que estudien medicina en la isla.
Esos ingresos por los servicios fundamentalmente médicos, estimados por algunas fuentes en unos 6.000 millones de dólares, se han convertido en la principal fuente de divisas para la economía local, por encima de las provenientes del turismo -unos 2.000 millones- y de la exportación de bienes, alrededor de 4.000 millones.
Tal cooperación, defendida por La Habana y Caracas como ejemplar, es considerada como subsidio por los críticos, que aseguran que supera a los de la era soviética.
«En esos años (2005-06), la economía cubana comenzó a recibir los beneficios de esos acuerdos con Venezuela y se produce el boom de la exportación de servicios profesionales», apunta en un reciente artículo el economista Pavel Vidal.
Pero en 2007-2008 la agricultura y la industria cubana se rezagan, no se diversifica el comercio exterior, persiste una baja productividad, lo que provoca una caída del crecimiento del PIB de 12% en 2006 a 7,3% en 2007 y 4,3% en 2008.
El Gobierno, que había proyectado un crecimiento de 6% este año, lo reajustó a 1,7%, aunque los especialistas prevén que sea de 1% o negativo.
«La estabilidad que brindan los acuerdos con Venezuela» es lo que, en opinión de Vidal, han permitido «amortiguar los efectos de la crisis global sobre la economía cubana», dicho en otra forma, cualquier problema en esos acuerdos tendría un fuerte impacto local.
Ninguno de los dos gobiernos ha anunciado hasta ahora una contracción de su colaboración y comercio.
El viceministro cubano de la Industria Básica, Manuel Presa, dijo en junio que el ajuste de la producción petrolera venezolana por los acuerdos de la OPEP, «en el caso de Cuba no ha afectado (…) los suministros, lo que está en el plan, lo pactado».