Decenas de miles de trabajadores, campesinos y activistas de izquierda se manifestaron ayer en la capital mexicana contra el alza de alimentos básicos, en desafío a la política de mercado del gobierno conservador de Felipe Calderón al cumplir apenas dos meses de gestión.
En el Zócalo, la plaza central de la capital mexicana, los organizadores de la protesta reclamaron ante una multitudinaria asistencia un «aumento salarial de emergencia y frenar el aumento de precios de la canasta básica».
«Demandamos la soberanía nacional, tanto la alimentaria como la energética, la defensa del salario y del empleo. Estos son los primeros pasos necesarios para construir un gran acuerdo nacional que se transforme en el nuevo pacto social que a todos beneficie», propusieron en un documento conjunto las entidades campesinas y sindicales convocantes.
La declaración única exigió además la «revisión del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, México, Estados Unidos y Canadá) en lo que se refiere al maíz (base de la popular tortilla) y al frijol», que serán liberalizados en 2008.
La movilización se convirtió en la primera prueba en las calles para Calderón desde que asumió el gobierno el 1 de diciembre, en protesta por el alza de entre el 40 y el 100% en los precios de alimentos básicos como la tortilla de maíz, el principal en la dieta de los mexicanos, lo que disparó los precios de otros productos.
Decenas de miles de manifestantes, convocados por sindicatos, organizaciones sociales y campesinas y el opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD, izquierda) confluyeron en forma desorganizada al Zócalo, luego de partir desde la emblemática Plaza del íngel de la Independencia.
«Sin maíz no hay país» o «En defensa de la soberanía alimentaria, del empleo y del salario», señalaban algunas de las pancartas de los manifestantes, frente a una discreta vigilancia policial.
La decisión de leer un solo documento, llamado «Declaración del Zócalo. Compromiso de unidad», zanjó una fuerte disputa por la intención del ex candidato presidencial y líder izquierdista, Andrés Manuel López Obrador, de convertirse en protagonista de la protesta, a lo que se opusieron varias organizaciones sindicales y campesinas.
No obstante, López Obrador, quien desconoce el triunfo de Calderón en las elecciones de julio de 2006, habló luego del acto central ante sus seguidores y propuso un programa de apoyos a los productores de alimentos básicos y la revisión del TLCAN sobre la libre importación del maíz y el frijol, a partir del año próximo.
«Si es necesario aquí nos vamos a volver a reunir para que no entre en vigor esa cláusula», advirtió.
Ante los fuertes aumentos del precio de la tortilla, el ’pan’ de los mexicanos, el gobierno dispuso estabilizar el precio del producto a través de un acuerdo con la cadena de comercialización, pero a niveles que confirman gran parte de los aumentos aplicados desde los últimos meses de 2006.
Los hogares más pobres sufrieron además el impacto por el aumento del precio de la leche subvencionada, mientras la nueva administración otorgó un ínfimo incremento al salario mínimo del 3,9% de los 47,60 pesos (4,3 dólares) diarios a los 50,57 pesos (4,6 dólares).
La pobreza en México afecta a la mitad de los 103 millones habitantes, pese al crecimiento económico de 4,8% en 2006, un índice mayor al esperado, según cifras oficiales difundidas el martes.
Tras la manifestación, el gobierno de Calderón emitió un comunicado en el que dijo compartir la preocupación de las organizaciones convocantes y que los ministros de Economía, Agricultura y Trabajo atenderán «de forma expedita, sensible y respetuosa este nuevo llamado al diálogo que han formulado».