Continúan bombardeos contra insurgentes


Cientos de civiles que huyen de la guerra esperan en un campo para desplazados cerca del pueblo de Vavuniya, al norte de Sri Lanka.

AFP PHOTO/STR» title=»Cientos de civiles que huyen de la guerra esperan en un campo para desplazados cerca del pueblo de Vavuniya, al norte de Sri Lanka.

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<p>Una página web cercana a los separatistas tamiles acusó hoy a las tropas gubernamentales de Sri Lanka de seguir bombardeando la zona de guerra, donde se encuentran atrapados miles de civiles, a pesar de la promesa de cesar los ataques con armas pesadas.</p>
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» Anoche hubo potentes disparos de mortero en todas las direcciones», indicó el sitio web Tamilnet.com, precisando que 139 personas resultaron heridas.

Según este sitio internet, las fuerzas de seguridad srilanquesas dispararon con baterí­as de artillerí­a y de mortero contra la franja costera de apenas 10 km2 donde están acorralados los rebeldes separatistas Tigres para la Liberación del Eelam Tamil (TLET), junto a unos 50.000 civiles, según datos de la ONU.

Las tropas gubernamentales desmintieron «haber bombardeado la zona» de conflicto e «inclusive, haber utilizado armas pesadas contra zonas civiles», según su portavoz, el general de brigada Udaya Nanayakkara.

No obstante, el portavoz castrense aseguró que «las operaciones terrestres para ganar más territorio y liberar a los civiles» siguen adelante.

Las autoridades srilanquesas, presionadas por la comunidad internacional y las protestas de la diáspora tamil en Occidente, anunciaron ayer que habí­an reducido su ofensiva contra los rebeldes, que el domingo propusieron un alto el fuego rechazado por el gobierno.

El lunes, el responsable de Asuntos Humanitarios de la ONU, John Holmes, manifestó su satisfacción por la promesa del gobierno srilanqués de disminuir la intensidad de la ofensiva, pero dijo que estaba preocupado por las informaciones de que los bombardeos continuaban.

«Espero que (la declaración gubernamental) será verdaderamente respetada esta vez», afirmó Holmes. «No ha sido así­ en otras oportunidades», agregó.

La semana pasada, un documento de las Naciones Unidas que circuló en Colombo afirmando que unos 6.500 civiles podrí­an haber muerto y otros 14.000 fueron heridos en la ofensiva de este año.

Unos 110.000 civiles escaparon de la franja de territorio controlada por los guerrilleros tamiles en la costa noreste de la isla la semana pasada, de unos 10 km2, luego de una violenta ofensiva militar.

Sin embargo, la ONU estimó que unos 50.000 civiles todaví­a están atrapados en la zona de conflicto, mientras que el gobierno sostiene que son menos de 20.000.

El gobierno de Sri Lanka afirma que sus fuerzas arrinconaron a los insurgentes, pero la forma en que lleva a cabo su ofensiva ha sido criticada.

Holmes partió de Colombo el lunes sin lograr un acuerdo con el gobierno srilanqués para abrir la zona de conflicto y permitir el ingreso de equipos de ayuda humanitaria.

También dijo que la ONU estaba presionando al gobierno de Sri Lanka para asegurarse de que los civiles eran alojados en campamentos en conformidad con las reglas internacionales y que se les permitiera una libertad de movimientos que hasta ahora no han tenido.

El gobierno ha impedido en los últimos meses que muchas agencias de ayuda trabajen en el norte, devastado por la guerra, y ha llevado a los civiles tamiles como si fuese ganado a campos de internamiento estrechamente vigilados para eliminar a presuntos rebeldes.

Las autoridades británicas confirmaron el martes que los cancilleres de Gran Bretaña, David Miliband, y de Francia, Bernard Kouchner, viajarán el miércoles a Sri Lanka como tení­an previsto, pese a la negativa de Colombo de otorgar una visa al canciller sueco, Carl Bildt, que también debí­a participar en esa misión de carácter humanitario.

«La misión se mantiene. No cambiaremos nuestro proyecto», anunció a la AFP una portavoz del ministerio británico de Relaciones Exteriores, antes de precisar que Miliband y Kouchner viajarán a Sri Lanka el miércoles, como está previsto.

La Unión Europea (UE) consideró que Sri Lanka cometió un «grave error» haber negado la visa al diplomático sueco.