La investigación de la policía de Ipswich (este de Inglaterra) proseguía hoy, en medio de crecientes temores de que el asesino de prostitutas pueda golpear también fuera de la «zona roja» y mientras expertos de todo el país ofrecen sus opiniones sobre su perfil psicológico.
Hoy, la policía, que indicó que, desde el martes, recibió más de 5 mil llamadas del público ofreciendo información para ayudar con la indagación, afirmó que seguía la pista de un automóvil BMW azul en el que se habría subido una de las prostitutas, antes de ser asesinada.
«Es uno de los aspectos» de la indagación, declaró hoy el responsable de la investigación policial, Stewart Gull.
Fue otra trabajadora sexual de Ipswich, una joven llamada Lou, quien habría visto a Anneli Alderton, de 24 años – cuyo cuerpo desnudo fue hallado el domingo en un bosque cerca de Ipswich – subirse al coche.
Según la joven, el automóvil BMW era conducido por un hombre corpulento, de cabellos oscuros.
«Tratamos de reconstituir los últimos movimientos de Anneli», indicó en una conferencia de prensa el comisario Gull, quien reiteró que la policía está pasando por el tamiz la abundante información que ha recibido de toda la región para ayudar a capturar al asesino.
Gull informó también que dos de las cinco prostitutas asesinadas, Gemma y Tania, cuyos cuerpos desnudos fueron los primeros en ser hallados, hace 11 días, llevaban joyas.
Según el diario The Guardian, que había anticipado esta información, el asesino ha dejado «una señal», al no quitar las joyas, sino sólo la ropa, que apunta a que sus ataques están dirigidos contra las trabajadoras de la calle .
La policía indicó también en la rueda de prensa que estableció que una de las mujeres cuyo cadáver fue hallado el martes, murió por «compresión en el cuello».
«Los asesinatos presentan características similares», admitió el responsable policial, que recordó que una de las víctimas había sido estrangulada, y que todas ellas eran drogadictas.
La mayor parte de los expertos criminólogos creen que se trata de un asesino en serie, que intentará seguramente volver a matar, aunque la policía no descarta que pueda haber más de un asesino.
«El asesino puede estar convencido de que no le van a coger y puede seguir matando, estimulado y fascinado por la amplia cobertura dada a este caso», afirmó un experto en criminología, de los muchos que son entrevistados en los últimos días por diarios, radios y televisiones.
«Seguramente piensa que el juego macabro con la policía debe continuar», agregó.
La policía ha concluido también que las cinco mujeres no fueron asesinadas en los lugares donde se encontraron sus cadáveres.
Dos cadáveres fueron hallados en un riachuelo y los otros tres aparecieron en una zona boscosa cerca de Ipswich, adonde podrían haber sido transportados en coche.
La policía aún no ha confirmado la identidad de los dos últimos cadáveres rescatados el martes, aunque cree que se trata de Paula Clennell y Annette Nicholls, dadas por desaparecidas los últimos días.
El comisario policial anunció también que el equipo de detectives de Suffolk que trabaja en esta investigación ha sido reforzado por un centenar de agentes, venidos de todo el país.
Sin embargo, pese a la fuerte custodia en las calles, se temen más muertes de prostitutas, aunque no necesariamente en Ipswich, la pequeña ciudad de 140.000 habitantes en cuya zona roja trabajaban las cinco mujeres asesinadas.