Contaminación ambiental igual violencia


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“La contaminación ambiental es muerte lenta” (Pedro Tarak)

–Dedicado a la Liga de Higiene Mental de Guatemala–

Rolando Alfaro Arellano


El fenómeno de la contaminación ambiental en la República de Guatemala, luego de haberse descubierto a partir del año de 1975 en sendas investigaciones efectuadas por el Consejo de Bienestar Social, Facultad de Medicina e Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, y cuyos resultados son alarmantes, dadas las diversas fuentes de emisión  del contaminante ruido consultadas, pudiéndose citar algunas de ellas, así: Aeropuerto La Aurora, Boulevard Liberación, Avenida Bolívar, dieciocho calle y quinta avenida ambas de la zona uno y que rebasan los límites normales de audibilidad (Rolando Alfaro Arellano. La legislación sobre la Contaminación Ambiental producida por Ruido en Guatemala y propuesta de su mejoramiento. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Rafael Landívar, 1979).

Pasaron los años y la contaminación por ruido, en el Reglamento de Tránsito se dejó de regular cómo debería ser tratado dicho contaminante, y no se le dio importancia al tema, pese a que ya existían problemas de hipoacusia o sordera anticipada en muchos guatemaltecos, enfermedades nerviosas, alteraciones de carácter de choferes en el tránsito por el uso abusivo de las bocinas, y otras clases de ruidos que merecen ser regulados legalmente, así como otros contaminantes.

Desde esta columna de LA HORA, hemos luchado por años para que se ponga atención a la problemática de la contaminación ambiental en el país, y, lo mismo puedo afirmar en mi labor académica y profesional,  pero como es costumbre de algunos sectores que no quieren entender,  ello se evidencia por la clase de comentarios  que propalan sin peso verdaderamente científico, a efecto de minimizar la problemática del deterioro del entorno humano de los guatemaltecos.

En ese sentido,  debe considerarse que cuando se aborda el tema ambiental se le estigmatiza aduciendo que no existe y que es propio de los países industrializados. Posturas que se conocen  en Derecho Ambiental como tercermundistas.  Los resultados están a la vista, así: contaminación de las aguas, contaminación del aire respirable, contaminación producido por mal manejo de desechos sólidos, contaminación del suelo, desertificación en algunos lugares de Petén, deforestación, excesos de ruidos en centros urbanos (Ruido: Contaminante Ambiental no legislado en Guatemala. Editorial Óscar De León Palacios, 2004).

En medio de todo ese barullo de irresponsabilidades de los obligados a enfrentar la problemática descrita, se agrega el aumento de la violencia que las autoridades no se han preocupado por regular ignorándose que la contaminación ambiental produce violencia de todo tipo, sea por drogadicción alcohólica o de otras clases y también producen la muerte. Ya veremos cuando entre el Capítulo ambiental en el Tratado de Libre Comercio que suscribiera el Gobierno de la República de Guatemala con otros países.

En consecuencia, debemos los guatemaltecos hacer el esfuerzo por aportar nuestros conocimientos para mejorar la situación de la población y del país en general, pero se entiende que lo descrito, se debe hacer científicamente y no empíricamente.

No permitamos que nuestra Patria termine contaminada, demostremos al Mundo que aún existen buenos habitantes en el país.