Constituyente disuelve al Congreso de Ecuador


Miembros de la Asamblea Nacional Constituyente de Ecuador disolvieron al Congreso, y se disponen a redactar una nueva Constitución.

La Constituyente ecuatoriana disolvió el jueves al Congreso de oposición, en su primer dí­a de sesiones en que la mayorí­a oficialista estrenó sus plenos poderes ratificando además en el cargo al presidente Rafael Correa en el camino hacia una reforma socialista.


Con 110 votos a favor, la Asamblea de 130 miembros declaró en «receso» a los 100 diputados del Parlamento unicameral hasta cuando sea sometida a referendo en 2008 la nueva Constitución, que redactará durante los siguientes seis meses.

En su lugar «la Asamblea asume las atribuciones y deberes de la función legislativa», según reza el mandato número uno aprobado por el organismo en la localidad costera de Montecristi, a 250 km al suroeste de Quito, sede de las deliberaciones.

Anticipándose a la resolución, el Parlamento adelantó el miércoles sus vacaciones de un mes de fin de año, no sin antes advertir sobre las sanciones internacionales que vendrí­an tras su disolución y acusar al gobierno de iniciar una dictadura.

«Â¡Ha empezado la dictadura!», dijeron varios asambleí­stas de oposición al uní­sono mientras avanzaba la votación en la Constituyente, según constató la AFP.

«Esta es la sepultura del sistema democrático y constitucional de Ecuador. Hay que tocarle la marcha de muerte a Ecuador», dijo Vicente Taiano, asambleí­sta del Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian, derecha).

No obstante, la Asamblea invocando los plenos poderes que cuestiona la derecha, tomó la decisión de disolver el Congreso luego de que Correa lo pidiera insistentemente, alegando la supuesta incompetencia y corrupción de los diputados.

Durante el receso los «diputados tampoco podrán autoconvocarse por ningún motivo. Este receso no será susceptible de interrupción, impugnación, acción de amparo constitucional u otra acción judicial», indica la resolución constituyente.

Simultáneamente y con 107 votos, se ratificó en el cargo al presidente Correa, quien horas antes habí­a enviado una carta poniendo a disposición su cargo y el del vicepresidente Lenin Moreno.

El oficialismo se felicitó entre abrazos y cánticos al renovar el mandato de Correa y Moreno, y más adelante aprobó el relevo del fiscal general, Jorge German, y del superintendente de Bancos, Alfredo Vergara, y ratificó a las altas cortes y jefes de organismos de control.

La Asamblea inició su labor con el respaldo de cientos de campesinos que aplaudí­an en las afueras del hemiciclo la disolución del Legislativo. «Venimos a respaldar a nuestro presidente. ¡Fuera diputados que joden la nación!», dijo a la AFP Charles Guevara, mientras arengaba con un machete de madera.

La Constituyente se instaló con 128 asambleí­stas, con las únicas ausencias de Alvaro Noboa y su esposa Anabella Azí­n, lí­deres de una debilitada oposición de derecha que acusa a Correa de querer concentrar todos los poderes.

El jefe de Estado, que planea inaugurar los debates este viernes en un acto al que fueron invitados sus colegas de Venezuela y Colombia -enfrascados en una ácida polémica-, promueve su propia versión del socialismo del siglo XXI planteado por Hugo Chávez.

Con un sólido respaldo popular, Correa alienta varias reformas, incluidas una que apruebe la reelección inmediata por un solo perí­odo, para regular la economí­a y enterrar una crisis polí­tica que impidió a sus tres antecesores terminar el mandato en la última década.