El conservador alemán Hans-Gert Pottering, electo hoy como nuevo presidente del Parlamento Europeo, es un católico convencido y un experimentado legislador, ya que ocupa una banca en forma ininterrumpida desde 1979, año de las primeras elecciones por sufragio universal directo para esa cámara.
Esta cualidad lo diferencia claramente de su predecesor, el socialista español Josep Borrell, catapultado a la presidencia del parlamento en su primer mandato como eurodiputado y a menudo criticado por su falta de experiencia.
Jurista de formación, de 61 años de edad, Pottering dirigía hasta el momento al grupo político más grande del Europarlamento, el Partido Popular Europeo (PPE), que reúne a 277 de los 785 diputados de la cámara, con representantes de los 27 países de la Unión Europea.
Primero vicepresidente (1994-1999) y luego titular del PPE, Pottering aprendió a manejar las susceptibilidades y las diferencias de un grupo heterogéneo, integrado, entre otros, por los euroescépticos Tories británicos, los cristiano-demócratas alemanas y los españoles del Partido Popular.
Ahora quiere hacer valer esa capacidad para representar al «Europarlamento en su conjunto».
Además, pretende utilizar su experiencia para reforzar el papel de la institución que preside y convertirla en «el lugar donde se decidan todas las cuestiones» de la política europea.
«Me dedicaré con todas mis fuerzas a servir a los ciudadanos y ciudadanas de la UE. Pondré todas mis fuerzas al servicio de la democracia y el parlamentarismo», prometió en su primer discurso en la plenaria del martes, donde fue electo en la primera ronda de votación con 450 votos sobre un total de 689 sufragios emitidos.
«Quiero aportar mi contribución a una Europa democrática, fuerte, capaz de actuar en Europa y en el mundo» agregó.
Pottering no oculta sus convicciones religiosas y fue él quien pidió incluir una referencia a Dios y a la herencia judeocristiana de Europa en el proyecto de Constitución de la UE.
Nacido el 15 de septiembre de 1945 en Bersenbruck (Baja Sajonia, norte de Alemania), Hans-Gert Pottering no conoció a su padre, soldado caído en el frente Este en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial.
Para el eurodiputado francés Alain Lamassoure, esta pérdida inscribe claramente a Pottering en la generación «para la cual Europa es una necesidad absoluta», y que se diferencia de la surgida tras la guerra, menos consciente del papel de la UE como garante de la paz y la estabilidad regional.
Separado, Pottering es padre de dos hijos, Johannes y Benedicto (29 y 23 años, que parecen seguir su camino en el mundo de la política: ambos son muy activos en el seno de la juventud cristiano-demócrata en Alemania.