Dos mortíferos ataques cometidos por pandilleros contra microbuses de transporte colectivo en los que murieron 14 personas, causaron conmoción en El Salvador, donde distintos sectores demandan medidas «efectivas» para frenar la ola de criminalidad.
En un primer hecho, once personas murieron calcinadas y otras doce resultaron lesionadas cuando presuntos integrantes de la pandilla «Mara 18» incendiaron un microbús en la ciudad de Mejicanos, al norte de San Salvador. La policía detuvo a cuatro sospechosos.
En otro hecho similar, pandilleros abordaron un microbús y dispararon contra los pasajeros. Dos niñas y un adulto murieron en el ataque.
«Es un hecho lamentable, vamos a llegar al fondo de todo este asunto porque ya esto es un acto de terrorismo que no vamos a dejar que quede impune, murieron inocentes», señaló el director de la policía, Carlos Ascencio.
El país amaneció conmocionado, pues se trata de la primera vez que pandilleros incendian autobuses con pasajeros en su interior.
«Estamos ante una situación alarmante de criminalidad, el que esté muriendo gente inocente de esta manera nos debe llamar a hacer una reflexión y pensar que de una vez por todas se debe poner un alto a la violencia delincuencial», lamentó el obispo de la iglesia Luterana, Medardo Gómez.
La policía aún desconoce los móviles, aunque podría tratarse de una advertencia a los empresarios de buses que se niegan a pagar extorsionaes a las pandillas.
«Qué más quieren que suceda, las pandillas siguen acosando, es necesario ver en las calles más seguridad y no solo ver a funcionarios hablando de planes contra los criminales», indicó el presidente de la Asociación de Empresarios de Autobuses Salvadoreños, Genaro Ramírez.
El ex ministro de Seguridad, Francisco Galindo, señaló que el gobierno debe diseñar «acciones que sean coherentes» con lo que ocurre en el país.
«El gobierno debería revisar el marco de las acciones de seguridad, ver si lo que se está haciendo responde a lo que la población necesita, de lo contrario se debe dar un golpe de timón y dar un giro en la forma en que se está enfrentando esta situación, se debe perseguir a toda el hampa», recomendó Galindo.
Una fuente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada dijo a la AFP que «el clamor de la gente es real, ya no se soporta esta situación de inseguridad, el gobierno debe evaluar si algo esta fallando porque pareciera que lejos de mermar, la violencia se va incrementando».
El gobierno emprendió desde finales de 2009 una ofensiva contra la violencia delincuencial, que deja 13 muertos por día en El Salvador.
Para ello envió más de 4.000 soldados a las calles para reforzar a la Policía en las tareas de seguridad pública.