El destino de un hombre de 60 años enfermo de distrofia muscular y que reclama el derecho a morir causó hoy una gran emoción en Italia, que carece de una ley que permita a un enfermo negarse a ser tratado.
Piergiorgio Welby, que sigue en vida desde 2001 gracias a la ayuda de un respirador y que se alimenta a través de una sonda, escribió el viernes a toda la prensa italiana para pedir que estos aparatos sean desconectados, cuatro días antes de que el tribunal civil de Roma examine la solicitud de sus abogados.