No hay nada peor para una persona que muera cuando no tiene una tumba marcada para ser sepultada, ni sufrimiento más terrible de los familiares que nunca supieron el paradero de sus seres queridos. El grupo de Apoyo Mutuo (GAM) dio a conocer hoy sobre el trabajo que esta organización ha realizado en el tema de las exhumaciones. Según Mario Polanco, se han cumplido 20 años de trabajo, en donde se han realizado exhumaciones en 59 comunidades de varios municipios del país.
lahora@lahora.com.gt
Las fosas comunes más grandes descubiertas, que contienen restos de víctimas masacradas durante el conflicto armado interno, han sido localizadas en municipios de los departamentos de Quiché, Baja Verapaz, y Chimaltenango, regiones más azotadas por la guerra.
Polanco informó que el GAM fue la organización pionera en la actividad de exhumaciones de fosas clandestinas. El trabajo se inició en 1987, por la demanda de los seres queridos que sabían de la existencia de estas fosas dentro de sus comunidades.
Dentro de los resultados dados a conocer se cuenta que en Quiché se realizaron exhumaciones en 34 comunidades, recuperándose 404 osamentas. Mientras que en Baja Verapaz, en dos comunidades se recuperaron 171 esqueletos de personas masacradas. Departamentos como Alta Verapaz, Chimaltenango y Huehuetenango reportaron el descubrimiento de 30, 59 y 43 osamentas respectivamente. En total han sido recuperadas 738 osamentas por el GAM, con posibles investigaciones y trabajos de campo en comunidades alejadas del Triángulo Ixil en Quiché, que todavía se encuentran en proceso de observación.