Conmemoran muerte de Juan Pablo II


Peregrinación. Miles de católicos acuden todos los dí­as a la tumba de Juan Pablo II en el Vaticano.

El papa Benedicto XVI celebrará el lunes en el Vaticano una misa en memoria de Juan Pablo II, fallecido hace dos años a los 84 años, mientras que otra celebración en Roma hará dar un paso decisivo hacia la santidad al pontí­fice polaco, cuya popularidad sigue siendo enorme.


Al mediodí­a (cuatro de la mañana, hora de Guatemala), en la basí­lica romana San Juan de Letrán, concluirá «la investigación diocesana sobre la vida, las virtudes y la reputación de santidad del servidor de Dios Karol Wojtyla», la primera etapa realizada a una velocidad sin precedentes del proceso de beatificación de Juan Pablo II, fallecido el 2 de abril de 2005.

La religiosa francesa Marie Simon-Pierre, cuya inexplicada curación de la enfermedad de Parkinson es atribuida por la Iglesia católica a la intercesión del difunto Papa, asistirá a esta ceremonia que presidirá el cardenal Camillo Ruini, vicario de Roma.

«Yo estaba enferma y ahora estoy curada. A la Iglesia le corresponde pronunciarse y reconocer que es un milagro», declaró la religiosa de 46 años, salida del anonimato ayer en Aix en Provence (sur de Francia).

Su caso, elegido entre muchos otros, suministró el «milagro» necesario a todo expediente de «beatificación».

Pero antes de que Juan Pablo II sea declarado bienaventurado –el primer paso antes de eventualmente ser proclamado santo luego de otro procedimiento, la «canonización»–, la segunda etapa de la investigación de «beatificación» comienza ahora en el Vaticano.

Este mismo lunes, a las nueve de la mañana (hora de Guatemala), el actual papa Joseph Ratzinger celebrará una misa en memoria de su predecesor en la basí­lica de San Pedro, cuya cripta alberga a su tumba de mármol blanco.

Para Juan Pablo II, que durante su vida tuvo una popularidad mundial debido a su compromiso en todas las crisis del mundo y a su consumado arte de la mediatización, la hora del purgatorio todaví­a no ha sonado, si se toman en cuenta los numerosos libros y DVD’s que hablan en términos elogiosos de su vida y obra.

Benedicto XVI sabe navegar sobre esta reputación para trazar su propia ruta, más discreta que la de Juan Pablo II, en la dirección de la Iglesia católica. El actual Papa autorizó la publicación de un libro que lleva su firma: «Juan Pablo II, mi bienamado predecesor», publicado en Roma en marzo. En realidad se trata de una antologí­a de textos escritos en su mayorí­a antes de haber sido elegido para suceder al Papa polaco.

El ex secretario de Juan Pablo II, Stanislaw Dziwisz, ahora arzobispo de Cracovia, también publicó un testimonio filial sobre su antiguo mentor: «Una vida con Karol».

Sin embargo, el culto a Juan Pablo II en su paí­s natal no evitó a la Iglesia polaca la crisis provocada por las revelaciones sobre la colaboración de algunos miembros de su clero con el ex régimen comunista.

Por otra parte, las crí­ticas manifestadas durante su vida contra Juan Pablo II, acusado por unos de exceso de rigor moral y por otros de ser demasiado conciliador ante las otras religiones, no desaparecieron con su muerte.

Esas «voces contrarias» fueron tomadas en cuenta en el proceso de beatificación, aseguró el «postulador» (abogado) de la causa, Monseñor Slawomir Oder.