Miles de personas conmemoraron en Ereván el 93º aniversario de la matanza masiva de armenios bajo el Imperio Otomano, que el Presidente armenio pidió que se reconozca como «genocidio», aunque Turquía repudia terminantemente esa acusación.
Aunque muchos países ya han calificado la masacre de genocidio, la negación turca ha envenenado durante años las relaciones entre ambos países vecinos.
Miles de personas marcharon hasta un memorial situado en lo alto de una colina de la capital para marcar el aniversario del inicio de los asesinatos, entre 1915 y 1923, que provocaron, además, el exilio masivo de armenios de lo que constituye ahora el este de Turquía.
Como es tradición, muchos armenios originarios de la diáspora viajaron a Turquía para participar en la procesión.
En un discurso durante la ceremonia, el recién elegido presidente armenio, Serzh Sarkisian, declaró que el país redoblará sus esfuerzos para lograr un reconocimiento internacional de la masacre como genocidio, pese a las objeciones turcas.
«El reconocimiento internacional y la condena del genocidio armenio es una parte apropiada e inevitable de la agenda de la política exterior de Armenia», dijo Sarkisian.
El primer ministro, Tigran Sarkisian, señaló que las masacres evidenciaban la necesidad de la unidad armenia, en alusión a la violencia post-electoral que opuso a militantes de la oposición con la policía el mes pasado y que dejó diez muertos.
La oposición denuncia que la victoria en las urnas de Serzh Sarkisian en febrero estuvo amañada.
Armenia cifra en hasta un millón y medio las personas que murieron durante la masacre acaecida en los últimos años del Imperio Otomano.
Para Turquía, en cambio, fallecieron 300 mil armenios y otros tantos turcos en una guerra civil desatada por los armenios cristianos, apoyados por Rusia, contra los otomanos.
Ambos Estados no mantienen relaciones diplomáticas y sus fronteras han permanecido cerradas durante más de una década.
El ministro turco de Relaciones Exteriores, Alí Babacan, señaló esta semana que Ankara está «abierta al diálogo» con el nuevo gobierno armenio «con el fin de normalizar las relaciones» bilaterales.
La controversia también ha complicado las relaciones entre Occidente y Turquía, aspirante a ingresar en la Unión Europea, especialmente con países con importantes comunidades armenias como Estados Unidos o Francia.
Más de 20 países, incluidos Bélgica, Canadá, Polonia y Suiza, han reconocido oficialmente la masacre como genocidio.
Pero otros países, como Gran Bretaña y Estados Unidos, se niegan a utilizar ese término, una actitud precavida para no ofender Ankara.
Por otro lado, la policía rusa impidió hoy una manifestación conmemorativa ante la embajada de Turquía en Moscú, informaron fuentes de seguridad y la Unión de Armenios en Rusia.