El ex vicepresidente venezolano José Vicente Rangel pidió tender puentes de diálogo y rescatar la noción de la justicia «sin odios», al conmemorarse hoy el quinto aniversario del golpe que desalojó al presidente Hugo Chávez del poder por dos días.
En declaraciones a periodistas, Rangel dijo que «creo que con todo lo doloroso que fue el 11 de abril (de 2002), fue un hecho necesario para estimular el proceso de cambio en Venezuela».
«Sin embargo, creo que ha llegado el momento de reflexionar con mucha serenidad sobre todo lo que ha ocurrido, y sobre todo hay que tender puentes hacia otros sectores de la sociedad», dijo Rangel, quien ocupó la vicepresidencia hasta el pasado enero.
Rangel, quien era ministro de la Defensa en el momento del golpe a Chávez, declaró desde puente Llaguno, ubicado en el centro de Caracas, a escasos metros del palacio presidencial de Miraflores, donde este miércoles se realiza un acto conmemorativo.
Al referirse a ese lugar, donde hace cinco años se concentraron los partidarios de Chávez, Rangel dijo que «le asigno un carácter emblemático a Puente Llaguno, porque los puentes son para unir».
«Esto, que fue el centro de la resistencia, tiene que convertirse en el centro del diálogo y del entendimiento entre los venezolanos. Hay que rescatar la noción de justicia en el marco cabal de la justicia, una justicia sin odios», agregó.
Al referirse a la oposición, Rangel sostuvo que «ha habido ciertos cambios importantes. Hay sectores democráticos que empiezan a aceptar el proceso».
«Pero al mismo tiempo hay sectores recalcitrantes que están empeñados en repetir el formato del 11 de abril. Allí hay medios de comunicación comprometidos con esa política, hay sectores económicos, está por supuesto el imperialismo. Hay que estar atentos, no hay que descuidarse», asentó.
El 11 de abril de 2002, una enorme manifestación de opositores marchó hacia el palacio de Miraflores para exigir la renuncia de Chávez.
Poco antes de llegar al palacio presidencial, se produjeron hechos de violencia, con participación de francotiradores, que dejaron 19 personas muertas y cerca de 100 heridas.
En la nochde del 11 al 12 de abril, el inspector general de la Fuerza Armada, general Lucas Rincón, anunció por televisión que Chávez había renunciado a la presidencia.
El 12 de abril, el empresario privado Pedro Carmona se autojuramentó presidente y disolvió todos los poderes.
El 13 de abril, un movimiento de militares leales a Chávez, apoyado por manifestaciones populares, lo restituyó en la presidencia.
Carmona fue detenido, pero logró escapar y asilarse en la embajada de Colombia. Esta semana, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela acordó solicitar su extradición.