La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) rindió hoy un homenaje a la fallecida escritora mexicana Rosario Castellanos en honor al 50 aniversario de la primera publicación de su primer libro «Balún Canán».
Dentro de esta conmemoración también se realizaron tres mesas de trabajo donde se rescató la vida y la obra de la autora.
El poeta mexicano Hernán Lavín Cerda leyó el texto «Aparición de Rosario Castellanos no muy lejos del cerro Santa Lucía».
De igual manera la escritora Marcela Palma hizo lo propio con el ensayo «A través de la mirada de ella», en la que ambos dejaron ver su admiración hacia la autora.
Lavín se refirió a Castellanos como «una mujer con una denotada elegancia espiritual», la cual hoy en día sigue cautivando a quien lee sus obras.
Por su parte, Palma habló de la mirada femenina dentro de esta obra, en la que el papel de las mujeres es un elemento imprescindible para el desarrollo de la trama, pues según la estudiosa del texto «son ellas quienes de manera velada conducen la acción de todos los personajes».
Tanto Lavín como Palma resaltaron el hecho de que las obras de Rosario Castellanos constituyen un punto de partida importante dentro de la literatura femenina mexicana.
Palma destacó el manejo de la prosa y el verso que caracterizaron a la autora, la cual, dijo, «nunca pudo separar del todo la poesía de la narración», pues dentro de su narrativa existen fragmentos, que hacen referencia al paisaje mexicano y que bien podrían catalogarse como poesías.
Rosario Castellanos fue una destacada poeta, novelista y promotora cultural mexicana, nació el 25 de mayo de 1925 y murió el siete de agosto de 1974.
Creció en Comitán, Chiapas, en el extremo sur del territorio mexicano, lugar que influyó poderosamente en la atmósfera y estilo de sus obras, como se puede apreciar al leer «Balún-Canán» u » Oficio de Tinieblas».
Cursó la licenciatura y la maestría en filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México y posteriormente realizó cursos de postgrado en Madrid, España, con una beca del Instituto de Cultura Hispánica.
En 1954 fue becada por la Fundación Rockefeller en el Centro Mexicano de Escritores.
En 1958 recibió el Premio Chiapas por Balún-Canán y tres años después el Premio Xavier Villaurrutia por Ciudad Real. Posteriormente recibió otros galardones entre los que destacan el Premio Sor Juana Inés de la Cruz (1962), el Premio Carlos Trouyet de Letras (1967) y el Premio Elías Sourasky de Letras (1972).
Como promotora cultural laboró en el Instituto de Ciencias y Artes de Tuxtla Gutiérrez y dirigió el Teatro Guiñol del Centro Coordinador Tzeltal-Tzotzil auspiciado por el Instituto Nacional Indigenista.
En la Universidad Nacional Autónoma de México trabajó como Directora General de Información y Prensa (1960-1966) y fue profesora en la Facultad de Filosofía y Letras.
Sus últimos años los dedicó al servicio exterior. Fue nombrada Embajadora de México en Israel en 1971, desempeñándose como catedrática en la universidad Hebrea de Jerusalén, además de su labor de embajadora.
Falleció en Tel Aviv el 7 de agosto de 1974, a consecuencia de una descarga eléctrica provocada por una lámpara.