Chile conmemoraba este jueves un nuevo aniversario del cruento golpe de Estado que derrocó hace 35 años al mandatario socialista Salvador Allende e instaló en el poder al general Augusto Pinochet, en un ambiente de tensión que se repite cada año por esperados disturbios en barrios pobres.
De madrugada casi 300 personas fueron detenidas por protagonizar desórdenes, dijo el subsecretario del Interior, Felipe Harboe, quien estimó que el triunfo 4-0 de la selección chilena de fútbol frente a Colombia aminoró los incidentes.
«Nos ayudó el triunfo de Chile», señaló Harboe.
La Policía chilena ha desplegado un gran operativo para hacer frente a una jornada que todos los años deriva en hechos de violencia, especialmente en poblaciones pobres de Santiago, donde habitualmente en esta fecha manifestantes levantan barricadas y se enfrentan a balazos con agentes policiales.
Durante la semana, más de 500 personas fueron detenidas en operativos policiales sucesivos desplegados en diversos barrios de la capital chilena, la mayoría por órdenes pendientes en los tribunales de justicia o por portar armas ilegalmente.
Para este jueves se tomaron varios recaudos. La mayoría de las oficinas y el comercio cerrará sus puertas más temprano y la Policía decretó el acuartelamiento de gran parte de su personal, que serán además dotados de trajes especiales para repeler los ataques de los manifestantes.
Se quieren evitar lo que sucedió el año pasado, cuando en medio de una protesta en un barrio del este de Santiago un Policía murió luego de que una bala traspasó el casco de seguridad que portaba.
Las autoridades vinculan los desórdenes a grupos de anarquistas y de delincuentes comunes.
«Muchos utilizan esta fecha para darle un manto de impunidad a los actos que cometen», dijo Harboe.
Para este jueves la Intendencia (gobernación) de Santiago autorizó a organizaciones de izquierda a celebrar actos conmemorativos en la puerta «Morandé 80» del Palacio de La Moneda, que utilizaba Salvador Allende.
También a instalar ofrendas en el monumento que recuerda a Allende en la Plaza de la Constitución, frente a la casa del gobierno chileno.
La ceremonia oficial de conmemoración fue encabezada por la presidenta Michelle Bachelet, que organizó un acto ecuménico en recuerdo de las víctimas de la dictadura en el palacio presidencial de La Moneda.
Bachelet también inauguró junto a dos de las hijas del extinto presidente Allende -Isabel y Carmen Paz- , un refraccionado despacho que utilizaba el mandatario socialista y un salón contiguo donde Allende murió en medio del alzamiento militar el 11 de septiembre de 1973.
Cercado por las fuerzas golpistas y empeñado en no dejar el poder, Allende se quitó la vida disparándose en la barbilla con un fúsil que le regaló su amigo Fidel Castro.
La dictadura de Pinochet, que se extendió hasta el 11 de marzo de 1990, cerró las oficinas del ex mandatario y cambió toda la disposición al interior del señorial palacio presidencial.