Noviembre, característico por sus cielos hermosos y ese friíto rico que envuelve y hace traquetear los huesos, se convierte también en el referente de por lo menos, dos fechas de gran importancia, que por ningún motivo deberían pasar desapercibidas.
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El pasado 25 de noviembre, fecha en que se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, a la orilla de una carretera que conduce a San Francisco Petén, Yohana García yacía inerte, con el cuerpo lleno de pequeños escarabajos rojos que aprovechaban los primeros rayos del sol, para acomodársele al lado y así extender sus minúsculas alas y recibir de mejor manera la energía del astro rey.
Yohana aún no cumplía los 20 años, estaba en esa edad en que una se siente con tremendas ganas de volar, que impulsan la necesidad de andar en busca de lugares nuevos, de trabajar, de visitar, de reír, de luchar, de comer, de soñar, de vivir.
Pero a Yohana, como a cientos de féminas en el resto del planeta y en diferentes espacios de tiempo y época, ese derecho humano de sentir les fue arrebatado de la forma más baja y cruel, dejando claros mensajes de sometimiento y denigración a su condición de mujer.
Las causas, por muchos conocidas e ignoradas, como siempre quedaron reducidas a meras especulaciones sobre su forma de vestir, de andar en la calle, de salir a divertirse o de rebeldía juvenil.
Y es precisamente aquí, donde calza la segunda e importante fecha que pretendo destacar, esa que conmemora a los compañeros y compañeras que ejercen la labor periodística cada 30 de noviembre.
Como comunicadoras y comunicadores, el deber debe estar encaminado a «no escribir por escribir, sino escribir palabras que quieran ser mejores que el silencio», compartiendo la opinión del escritor uruguayo Eduardo Galeano, al recibir el premio Rodolfo Walsh, otorgado por la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata.
Es ese llamado a que prevalezca el criterio, el análisis y la investigación, por encima del sensacionalismo, el amarillismo o el protagonismo, el que caracterizará y sobre todo diferenciará a las y los encargados de ejercer la verdadera comunicación social.
«Walsh, periodista argentino desaparecido durante la dictadura, en cada página, se jugaba entero para mostrar que esa aventura de escribir valía la pena. Y logró escribir muy bellamente: la voluntad de belleza y la voluntad de justicia son hermanas siamesas, y es un error intentar separarlas», puntualizó Galeano.
Las letras tienen poder, pero sobre todo las ideas, y hoy reafirmo el llamado a la construcción de ese mundo donde noviembre y el resto del año, sea ese lugar de amor y justicia que tanto anhelamos.