Estados Unidos aumentó su presión sobre el régimen de facto de Honduras que asumió tras el golpe del 28 de junio, mientras un mes después todas las actividades están alteradas, con las clases suspendidas en las escuelas públicas y pérdidas millonarias en la industria y el comercio.
«Estamos calculando alrededor de unos 2.000 millones de lempiras» (USD 105 millones) para las empresas hondureñas, dijo Mario Bustillos, director de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa.
Mientras, Zelaya se mantiene en Nicaragua cerca de la frontera hondureña, donde rige un toque de queda desde el viernes y retenes militares han paralizado una de las principales rutas del comercio centroamericano. Además, zelayistas bloquearon este miércoles otra ruta en la zona fronteriza con Guatemala, en el oeste del país, informó la televisión local.
Una comisión de siete diputados debe entregar un «dictamen» sobre la propuesta del mediador costarricense y Premio Nobel de la Paz para que el plenario del Congreso decida si acepta o rechaza esta iniciativa que busca poner fin a la crisis hondureña, pero que ha sido estéril hasta ahora.
El presidente de facto Roberto Micheletti ha elogiado la propuesta, pero no ha la aceptado afirmando que su aceptación no compete sólo al Poder Ejecutivo sino a los otros poderes, como el Congreso, la Corte Suprema y el Tribunal Supremo Electoral.
El Tribunal Electoral rechazó el martes adelantar las elecciones del 29 de noviembre, como propuso Arias, afirmando que «la modificación de la fecha de las elecciones, afecta dramáticamente todo el cronograma electoral».
«Este tema es tan sensitivo, que incluso, la Ley Electoral (…) tipifica como delito electoral el obstaculizar el desarrollo del Cronograma Electoral», dijo el tribunal.
La propuesta de Arias estipula la devolución de la presidencia a Zelaya -que sin embargo ya dio por fracasadas las negociaciones- además del adelanto de las elecciones generales.
Un diplomático extranjero en Tegucigalpa dijo a la AFP que Micheletti nunca aceptará el plan de Arias, pero evitará rechazarlo abiertamente, pues busca «ganar tiempo» para que lleguen las elecciones y asuma un nuevo gobierno, aunque la comunidad internacional ha advertido que no reconocerá los comicios si son realizados bajo el gobierno de facto.
Estados Unidos despojó el martes de visa diplomática a cuatro funcionarios hondureños, entre ellos el juez de la Corte Suprema Tomás Arita, que firmó la orden de captura que usaron los militares para detener a Zelaya.
También perdieron sus visas diplomáticas el nuevo presidente del Congreso, José Alfredo Saavedra, el comisionado de Derechos Humanos, Ramón Custodio, y el ministro de Defensa, Adolfo Lionel Sevilla, según informaron ellos mismos.
«Tenemos una política de no reconocer el gobierno de Roberto Micheletti. Este es un paso que hemos tomado para ser consistentes con nuestra política», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly.
Por su parte, Micheletti declaró que no tendría «ningún inconveniente» si le quitaran la visa.
Zelaya, que había exigido a Estados Unidos mayor firmeza frente a Micheletti, celebró que Washington suspendiera «visas a miembros de esta élite golpista», al hablar con la prensa en Ocotal, Nicaragua, donde ha montado campamento cerca de la frontera con Honduras.
El gobierno de Barack Obama ha condenado el golpe y ha pedido la restitución de Zelaya, al tiempo que anunció el fin de la cooperación militar. «Estamos revisando todos nuestros programas bilaterales con Honduras», declaró Kelly.
La Organización de Estados Americanos (OEA) sostendrá dos reuniones el viernes para tratar el tema de la crisis política en Honduras, donde el gobierno de facto soporta una dura presión internacional para aceptar una salida negociada, anunció un comunicado hoy.
Los representantes de los 33 países activos en la OEA se reunirán primero en privado la mañana del viernes y luego en la tarde en una sesión abierta a la prensa, en su sede en Washington, indicó el texto.
La OEA suspendió el 5 de julio a Honduras, una semana después de que un golpe de Estado derrocara al presidente Manuel Zelaya, que fue expulsado del país por los militares.
La organización continental mantiene su respaldo al presidente de Costa Rica, Oscar Arias, quien medió en un diálogo entre el gobierno de facto y Zelaya.
Un acuerdo propuesto por Arias, que incluye el retorno al poder de Zelaya, una amnistía y el adelanto de las elecciones generales previstas para noviembre, todavía no ha recibido una respuesta oficial de parte del gobierno de facto de Roberto Micheletti.
Zelaya dio por fracasado el proceso de negociación y se encuentra en una zona fronteriza de Nicaragua con Honduras intentando regresar a su país.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, ha advertido que la organización puede tomar nuevas medidas contra el gobierno de facto, pero primero espera su respuesta al acuerdo de Arias.