El Congreso de Estados Unidos mantendrá este viernes el primer gran debate sobre la guerra de Irak desde que autorizara al presidente George W. Bush a invadir el país en 2002.
La oposición demócrata en la Cámara de Representantes pretende debatir una resolución de carácter simbólico presentada ayer, que pide el apoyo para las tropas estadounidenses y critica la decisión presidencial de enviar 21.500 soldados suplementarios a Irak.
Legisladores del Partido Republicano de Bush lograron bloquear la semana pasada en el Senado, por razones de procedimiento, un proyecto de resolución similar.
Los demócratas recuperaron el control del Congreso en las elecciones legislativas de noviembre último gracias al rechazo a la guerra de Irak, que ya lleva casi cuatro años y en la que murieron más de 3.100 soldados estadounidenses. Cerca de 138.000 militares norteamericanos están desplegados en Irak.
El líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, es el primer legislador que tomará la palabra.
«Creemos que la opinión pública estadounidense quiere una respuesta sincera a la pregunta ’¿están ustedes de acuerdo con la propuesta del presidente?», declaró el domingo Hoyer a la cadena de televisión NBC.
El último gran debate sobre Irak en el Congreso tuvo lugar en octubre de 2002, cuando una mayoría de ambos partidos en ambas cámaras autorizó a Bush a usar la fuerza militar si el líder iraquí Saddam Hussein no cumplía las resoluciones de las Naciones Unidas sobre desarme o no dejaba ingresar a los inspectores de armas a su país.
Algunos legisladores demócratas que ahora son furibundos críticos de la guerra, incluyendo a los senadores Hillary Clinton y John Kerry, expresaron en su momento reparos pero votaron a favor de la autorización.
El proyecto de resolución no vinculante de la Cámara de Representantes sostiene en menos de 100 palabras que «el Congreso desaprueba» el aumento del número de efectivos y expresa que sigue apoyando a los militares en Irak, en un intento de evitar aparecer como antipatriotas.
La Casa Blanca dijo que ninguna resolución contra su política en Irak haría cambiar de parecer a Bush y advirtió que tal medida enviaría mensajes equivocados a las tropas norteamericanas y a los enemigos de Estados Unidos.
Los republicanos bloquearon un proyecto de resolución de 1.600 palabras presentado por senadores de ambos partidos oponiéndose a las nuevas medidas sobre Irak, el primer revés para la mayoría demócrata.
En el Senado la diferencia en favor de los demócratas es de 51 a 49, y algunos proyectos de ley necesitan mayorías especiales para ser aprobados.
Los demócratas disponen de una mayoría más cómoda en la Cámara de Representantes (233 contra 202).
El presidente anunció el 10 de enero último, seis días después de que los demócratas asumieran el control del Congreso, un incremento de tropas en Irak.
Una considerable mayoría de estadounidenses se opone a la guerra y menos de la mitad expresó confianza en el nuevo plan de Bush de desplegar más soldados, en un esfuerzo por mejorar la seguridad en Bagdad, afectada por una escalada de violencia sectaria.
Los jefes de bancadas de la Cámara de Representantes autorizaron a cada uno de los legisladores a hablar durante cinco minutos para comentar la iniciativa. Se espera que la votación tenga lugar el viernes.
«No creemos que esta política vaya a funcionar», dijo Hoyer en la entrevista con NBC. «El abrumador sentimiento de los militares es que no va a funcionar, y el pueblo norteamericano no cree ciertamente que vaya a funcionar».
El líder de la minoría republicana, John Boehner, afirmó que se oponía al proyecto de resolución, pero temía que algunos republicanos lo votaran.