Congresistas aprueban plan de retirada


Apoyo. Activistas contra la guerra en Irak manifestaron frente al Capitolio su apoyo al voto demócrata.

La Cámara de Representantes estadounidense aprobó por ajustado margen un proyecto de ley que vincula el financiamiento de la guerra en Irak a un calendario de retiro de las tropas, pese a las promesas del presidente George W. Bush de vetarlo.


La Cámara de Representantes -dominada por los demócratas- aprobó con 218 votos a favor y 208 en contra, el proyecto que desbloquea 124 mil millones de dólares para financiar las operaciones militares en Irak y Afganistán, a condición de que las tropas estadounidenses comiencen su retirada en octubre próximo, con el objetivo de que la operación esté concluida el 31 de marzo de 2008.

El texto del Congreso debe ser adoptado en el Senado el jueves antes de ser sometido al presidente George Bush, quien ya aseguró repetidas veces que lo vetará.

«Esta noche la Cámara de representantes votó en favor del fracaso de Irak y el presidente vetará este proyecto», indicó un comunicado de la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino.

«Los demócratas han forzado que este proceso se prolongue por demasiado tiempo. El presidente insta al Senado a aprobar rápidamente este proyecto de ley de manera de que el presidente pueda vetarlo», añadió.

Pero la presidenta de la Cámara, la demócrata Nancy Pelosi insistió que es hora de que el presidente Bush reaccione ante «los miles de soldados estadounidenses y varios miles de iraquí­es muertos en la guerra».

«El sacrificio padecido por nuestras tropas y sus familias urge bastante más que los cheques en blanco que pide el presidente, para una guerra interminable», subrayó.

El proyecto prevé desbloquear poco más de 124.000 millones de dólares para la guerra, es decir bastante más de lo que reclama el gobierno para financiar las operaciones militares en Irak y Afganistán.

Pero esta generosidad, va acompañada de una condición que el gobierno de Bush considera inaceptable: la exigencia de que las tropas estadounidenses inicien su retirada de Irak en octubre próximo.

Mientras se espera un veto presidencial, previsto para la semana próxima, cada bando intenta sacar la máxima ventaja polí­tica de la controversia, intercambiando ataques cada vez más acentuados.

Respaldados por los sondeos que ilustran semana tras semana la impopularidad de la guerra en Irak y que les ha permitido quedarse con la mayorí­a del Congreso, los demócratas afirman que «existe un deseo generalizado de una nueva dirección» en el manejo de la guerra en Irak.

«Y esta nueva dirección, señor Presidente, no quiere decir una escalada de la guerra, sino que quiere decir brindar estabilidad a la región, y traer a nuestros militares a casa con seguridad, cuando sea razonablemente posible», dijo Pelosi.

Pero la Casa Blanca califica de «politiquerí­a» la voluntad de los demócratas de responder a las aspiraciones de la opinión pública, y señala de «derrotista» al lí­der de la mayorí­a del Senado, Harry Reid, quien dijo la semana pasada que la guerra estaba «perdida».

«Es cí­nico afirmar que la guerra está perdida porque se espera sacar una ventaja polí­tica», dijo el martes el vicepresidente Dick Cheney, añadiendo que «algunos dirigentes demócratas parecen creer que una oposición ciega a la nueva estrategia (enviar unos 28.000 militares adicionales a Irak) es una buena polí­tica».

La administración Bush intentó convencer a los legisladores de lo bien fundado de su polí­tica, enviando al Congreso a Cheney el martes y al comandante de la fuerza multinacional David Petraeus este miércoles.

El general Petraeus solicitó a los congresistas durante una sesión a puertas cerradas que le den al gobierno una prórroga «para mostrar resultados».

La controversia se dirime en medio de sondeos que subrayan que los estadounidenses están hartos de la guerra en Irak.

Un 55% de los estadounidenses cree que la victoria en Irak ya no es posible y respalda a los demócratas en sus intentos por establecer un cronograma para la retirada, indicó una encuesta de NBC/ Wall Street Journal este miércoles.

Por «ayudar al enemigo»

Un oficial estadounidense que dirigí­a la prisión de Camp Cropper en Bagdad fue arrestado y acusado de «ayudar al enemigo» y de haber mantenido «relaciones inapropiadas» con dos mujeres, y se halla detenido en Kuwait a la espera de un eventual proceso.

Esta detención podrí­a implicar un nuevo escándalo, tres años después de las revelaciones sobre las vejaciones y malos tratos ejercidos por estadounidenses a los detenidos iraquí­es de la prisión de Abu Ghraib.

«El teniente coronel William H. Steele está acusado de haber ayudado al enemigo proporcionando un teléfono móvil no controlado a (unos) detenidos, entre el 1 de octubre de 2005 y el 31 de octubre de 2006», explicó el ejército en una nota que detalla los cuatro cargos que pesan contra el ex alcalde de Camp Cropper.