Confusión islámica


Tormenta. El meteorólogo Nathaniel Cruz muestra la formación de la tormenta tropical Seniang, que amenaza el territorio filipino.

Cientos de jóvenes musulmanes franceses parten cada año al extranjero para estudiar los preceptos del islam y de ellos una í­nfima minorí­a cae en el extremismo islamista, pero el problema es distinguirlos, según los expertos.


El jueves, ocho jóvenes franceses y dos belgas, presentados por las autoridades egipcias como peligrosos extremistas, fueron expulsados de El Cairo hacia Bélgica.

Si bien especialistas locales en terrorismo islamista, interrogados por la AFP, dudan de que los expulsados sean peligrosos, las autoridades egipcias aseguran que trataban de reclutar a voluntarios para la guerra santa anti-estadounidense en Irak.

Frente a este fenómeno, especialistas y policí­as insisten en lo difí­cil que resulta hacer la diferencia entre jóvenes piadosos, fascinados por un islam radical, y los que pueden llegar a cometer acciones violentas.

Franí§ois Burgat, especialista francés en el mundo musulmán, asegura que para algunos jóvenes franceses de origen magrebí­, la situación se ha vuelto difí­cil, pues a veces las autoridades parecen no hacer la diferencia entre un musulmán practicante, un integrista y un terrorista potencial.

Basta con que un ciudadano tenga una religiosidad musulmana un tanto ostentosa para que la administración lo considere sospechoso, reconoció Burgat.

El investigador Patrick Haenni, autor de un informe titulado Francia frente a sus musulmanes, recuerda que en numerosos paí­ses hay escuelas allegadas a facciones musulmanas radicales donde la enseñanza es estricta, pero no por ello forman necesariamente a combatientes de la guerra santa.

Por el contrario, para la policí­a, la distancia entre un discurso radical y la acción radical es mí­nima.

Louis Caprioli, ex responsable del contraespionaje francés, es uno de los partidarios de una vigilancia más estrecha de los radicales.

Para Caprioli, si uno de estos últimos va a escuelas coránicas donde hay predicadores que difunden la guerra santa a ultranza, refiriéndose con insistencia a la humillación de los musulmanes y a la ocupación de las tierras musulmanas, es alguien que adoctrinará a otros para llevarlos hacia la violencia.

A estos hay que vigilarlos, según Caprioli.