Conflicto sirve para propaganda islamista


Miembros indoneses  del Frente Umat Islam  realizan pruebas de entrenamiento usando reifles caza aves.  FOTO LA HORA: AFP ANWAR MUSTAFA

Los movimientos islamistas de Indonesia, el paí­s con mayor cantidad de musulmanes del mundo, intensifican su prédica ante una opinión pública sensibilizada a la «causa palestina» desde el inicio de la ofensiva militar israelí­ contra la franja de Gaza.


Una de estas organizaciones, el Frente de Defensores del Islam (FPI), afirmó haber «reclutado» a 4.000 «combatientes musulmanes» dispuestos a viajar a la franja de Gaza para luchar junto al Hamas.

Otro grupo, el BKPRM, que agrupa a jóvenes musulmanes, estableció una lista de 3.500 candidatos dispuestos a ayudar y prestar apoyo a los palestinos, según su presidente Ali Mocthar Ngabalin.

Oficialmente, ninguno de estos voluntarios fue movilizado por el momento. Y son pocos los que podrán entrar en Gaza, por falta de dinero, de visados y de preparación. El FPI afirmó disponer de medios para mandar a tan sólo «tres a cinco» combatientes.

«La causa palestina se ha convertido en un asunto central para el movimiento islamista en Indonesia», explicó Noorhaidi Hasan, un profesor universitario especializado en el islam polí­tico.

Los grupos islamistas organizan manifestaciones diarias en Yakarta, frente a las embajadas de paí­ses aliados de Israel, o en otras ciudades del archipiélago.

En una de las más recientes, 300 estudiantes provocaron daños materiales a un restaurante Kentucky Fried Chicken en Palau (isla de Sulawesi) para exigir su cierre. «KFC es una firma estadounidense, aliada de Israel. Cuando se consumen productos estadounidenses, se financian los ataques aéreos del ejército israelí­ contra el pueblo palestino», justificó Maful Haruna, uno de los organizadores de la manifestación.

A semejanza del FPI o del Hizb ut-Tahrir (Partido de la Liberación), los movimientos radicales son ultraminoritarios en un paí­s donde más del 80% de los 234 millones de indonesios practican un islam abierto y tolerante. Pero su visibilidad se ha reforzado en los últimos años, paralelamente a la subida electoral del partido islamista PNKS (Partido de la Justicia y la Prosperidad).

El activismo de esta corriente conservadora pone en aprietos al gobierno que, tras haber condenado la ofensiva israelí­, advierte ahora en contra de la movilización de los «combatientes musulmanes», menos «útiles» para los palestinos que el enví­o de ayuda sanitaria y alimenticia.

El presidente Susilo Bambang Yudhoyono afirmó también que el conflicto en Oriente Medio no tiene carácter religioso, sino que se trata de un contencioso territorial.

Esta llamada a la moderación tiene pocas posibilidades de ser escuchada por los radicales, como Dhuharniyeti, una joven con velo de 28 años, que se propuso como voluntaria ante el FPI para luchar contra «las atrocidades» del ejército israelí­. «No sé usar un fusil pero estoy en buena forma fí­sica. Y no tengo miedo a morir», declaró a la AFP.