Poderosos agroindustriales de la región de Santa Cruz y el gobierno del presidente Evo Morales se enfrentan por la reciente decisión del gobierno de prohibir la exportación de aceite comestible que afecta las ventas de firmas privadas bolivianas, peruanas y estadounidenses.
Los más poderosos gremios privados del rico departamento de Santa Cruz se reunieron ayer para analizar la decisión del Presidente de impedir las ventas de aceite de soja y girasol, principalmente al mercado andino, además de Argentina y Japón, con ventas anuales de unos 200 millones de dólares.
Además, la prohibición -según la privada Cámara de Exportadores (Cadex)- afectará a unas 300.000 familias que viven en torno a la producción de soja.
«No descartamos ninguna medida, tanto legal, técnica como social que se pueda llevar adelante para que el gobierno de una vez entienda que es nocivo para Bolivia un decreto que prohíbe las exportaciones», afirmó Oswaldo Barriga, gerente general de la Cadex, citado por el matutino La Razón.
Los empresarios agroindustriales dijeron que las medidas que asumirán estarán orientadas a que el presidente Morales revise su decreto, que ha originado la paralización de todo el aparato productivo sojero, motor de la economía de Santa Cruz.
Sindicatos de transportistas también anunciaron que efectuarán cortes de la ruta interoceánica que conecta Chile y Brasil por territorio boliviano, porque el decreto ha inmovilizado al sector.
«Somos unos 4.000 transportistas que estamos parados, porque no hay exportación de soja», dijo a radios locales el presidente de la privada Cámara del Autotransporte, Raúl Medrano.
El gobierno boliviano argumentó que el decreto de prohibición de exportación es porque los empresarios productores de aceite han priorizado sus ventas al exterior, lo que genera desabastecimiento y alza en los precios.
El Ministerio de Desarrollo Rural y Agropecuario responsabilizó en un aviso en la prensa de Santa Cruz a tres empresas privadas -de capitales peruanos, estadounidenses y bolivianos- por un incremento en el precio del aceite comestible en el mercado local, entre el 30 y 36%.
Ese ministerio cuestionó las actividades que realizan las empresas Administración SAO (de la corporación norteamericana Archer Daniel Midland), Industrias del Aceite (del grupo peruano Romero) e Industrias Oleaginosas (del grupo boliviano Marinkovic).
Las tres empresas venden estos productos en el mercado local «30% más caro que en Chicago, Estados Unidos, y 36% más caro que en Rosario, Argentina, lugares donde se fijan los precios internacionales de estos alimentos», dijo el gobierno.
Recipientes de 4,5 litros de aceite que se expendían a 50 bolivianos (6,60 dólares) en enero ahora se venden en 65 bolivianos (8,50 dólares), informó la prensa local.
Fue como una medida para frenar una mayor disparada inflacionaria, que hasta febrero trepó al 3,74% -casi la mitad de lo pronosticado para todo el año- que el gobierno del presidente Evo Morales suspendió todas las exportaciones de aceite comestible.