El agravamiento del conflicto en Gaza podría modificar el delicado equilibrio en Oriente Medio y fortalecer los movimientos radicales y a países como Irán, echando por tierra las escasas esperanzas de la creación de un Estado palestino viable, estiman los especialistas.
«Lo que ocurre actualmente refuerza los elementos más radicales y podría desestabilizar a los gobiernos moderados» como Egipto, estimó Denis Bauchard, del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).
Para este especialista del Medio Oriente, el Hamas podría ver su imagen política reforzada entre las poblaciones árabes, aún cuando salga debilitado militarmente del conflicto, tal como el Hezbolá, que supo sacar provecho del conflicto en el sur del Líbano a mediados de 2006.
«La intervención militar israelí es en sí misma una forma de reconocimiento de la influencia del Hamas, que podría salir fortalecido», estimó.
Opinión compartida por el estadounidense Anthony Cordesman, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, en inglés) de Washington, especialista de la región y ex consejero del que fue rival de Barack Obama por la presidencia de Estados Unidos, el republicano John McCain.
«La situación presente refuerza políticamente todo lo que es radical en el mundo árabe-musulman. La única manera de contrarrestar este hecho es de lograr una solución política. Pero actualmente no son inmensas las posibilidades en se sentido», estimó en una entrevista al diario Le Monde.
Para Laleh Jalili, de la Escuela de estudios orientales y africanos de Londres (Middle East School of Oriental and African studies) «aún cuando ésto no tenga impacto a nivel regional, en el seno de los paises más radicales son los elementos más extremistas los que se ven alentados».
Tal es el caso en Teherán, importante apoyo del Hamas, donde esta crisis es explotada por el presidente y enemigo declarado de Israel, Mahmud Ahmadinejad, al acercarse la elección presidencial iraní, destacó.
Para Antonio Basbous, director del Observatorio de los Países Arabes (OPA), es la representación misma de la causa palestina, oficialmente a cargo de la Autoridad Palestina de Mahmud Abas, la que se está viendo cuestionada.
«El Hamas quiere encarnar la representación simbólica de Palestina y sus reivindicaciones en lugar de un Mahmud Abas completamente desgastado. Si gana, es el eje Siria-Irán-Hezbolá que ganará con él», estimó Basbous.
Por el contrario, «si esta aventura resulta dramática para los palestinos y el Hamas es aplastado, Abas podrá aparecer como un recurso, como un sabio que no asume riesgos exagerados», destacó el directo del OPA.
El desenlace de esta crisis pesará sobre las elecciones israelíes previstas de aquí unas semanas, donde el equipo saliente dirigido por el primer ministro Ehud Olmert y su cancillera Tzipi Livni está enfrentado en un duelo con el Likud de Benyamin Netanyahu.
El regreso al poder de Netanyahu, partidario de una línea aún más dura, es considerado por numerosos observadores como un riesgo suplementario para las escasas esperanzas de paz.
En este contexto, las posibilidades de conseguir un Estado palestino viable son más débiles que nunca, estimaron.
Esta crisis podría poner «punto final» al proceso iniciado a fines de 2007 en Annapolis (Estados Unidos), teme Denis Bauchard.
Entre el Hamas que saldrá fortalecido de Gaza, y una Cisjordania continuamente recortada por Israel mediante la colonización y el muro de separación, cabe preguntarse si «queda aún lugar para un Estado palestino que no sea un Estado fantasma», se interrogó Bauchard.