Los presidentes de Brasil y Venezuela, Luiz Inacio Lula da Silva y Hugo Chávez, respectivamente, ratificaron ayer en Manaus (norte) dos millonarios proyectos energéticos binacionales, incluida la construcción de una refinería, e insistieron en el buen estado de las relaciones, tiznadas de polémica en los últimos meses.
Al término de una reunión de varias horas en la ciudad del estado brasileño de Amazonas, los presidentes confirmaron en breve declaración a la prensa su intención de crear dos empresas mixtas con las petroleras de ambos países a fines de diciembre.
La primera dará a la estatal venezolana de petróleos PDVSA 40% de la refinería Abreu y Lima, en el nordeste de Brasil, con una inversión de 4.000 millones de dólares. La segunda concede a la local Petrobras 40% en el campo Carabobo de la Faja Petrolífera del Orinoco (Venezuela), donde se están certificando enormes reservas de crudo extrapesado.
Brasil inició este mes las obras de esa refinería sin Venezuela, a pesar de que en 2005 la piedra fundamental fue colocada por Chávez y Lula.
Petrobras informó que había enviado los documentos para la creación de esas empresas mixtas y que esperaba respuesta. También dijo que si la asociación no se confirmaba, haría sola el proyecto y refinará petróleo pesado brasileño.
La previsión es que la refinería procese 200.000 barriles por día en 2010.
Lula aseguró al final de la reunión que «no existe disputa entre los dos países» y que «no hay intriga, no hay rumor que le impida a Brasil profundizar esa relación estratégica con Venezuela».
Una fuerte polémica se produjo en los últimos meses entre Chávez y el Senado brasileño, cuyos senadores llegaron a amenazar con no aprobar el ingreso de Venezuela al Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) si Chávez no rectificaba su acusación de que eran subordinados del gobierno estadounidense.
Lula abogó en Manaus por una pronta ratificación del asunto en el congreso brasileño y su canciller, Celso Amorim, dijo que su gobierno espera la aprobación del ingreso de Venezuela al Mercosur antes de diciembre.
Chávez aseguró que «Venezuela ratifica su voluntad de integrarse plenamente al Mercosur» y que «no tenemos duda, nunca hemos tenido dudas del gobierno de Brasil acerca de este paso tan importante».
Antes de la reunión, Chávez dijo a la prensa que «nosotros tenemos dignidad, no vamos a estar arrastrándonos ni rogándole a nadie» para entrar al Mercosur.
«Si Venezuela no ingresa al Mercosur, victoria para el imperio (EEUU), pero una victoria pírrica, porque la integración de América del Sur no la para nadie, mucho más allá del Mercosur y de la CAN (Comunidad Andina de Naciones), que son mecanismos viejos», acotó.
También en el ámbito energético ambos presidentes acordaron pedir un proyecto de ingeniería para la construcción del llamado Gran Gasoducto del Sur, un proyecto venezolano de 20.000 millones de dólares que llevaría gas venezolano primero al nordesde de Brasil y luego al cono sur.
«Nuestra voluntad final es construir ese gasoducto Gí¼iria-Manaus-Pernambuco», confirmó Chávez.
«La energía fue el tópico absolutamente dominante de la reunión», dijo el canciller Amorin al término del encuentro.
Lula y Chávez acordaron también que se reunirán cada tres meses, la próxima vez en la segunda semana de diciembre, en Venezuela.
La mediación de Venezuela para una liberación de rehenes en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionadas de Colombia (FARC) fue tratado apenas brevemente en la reunión, aunque Lula expresó su apoyo a la iniciativa, dijo Amorim.
Chávez y Lula tenían previsto reunirse aún con el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien llegó en la noche a Manaus en escala técnica camino a Estados Unidos.