Confirman responsabilidad


Hoy se celebró una audiencia más del juicio que enfrenta Marco Tulio Abadí­o Molina, en el que declaró como testigo del MP el subgerente financiero de la SAT, Juan Miguel Irí­as, quien aseguró que durante la gestión del acusado se sobrevaloró la adquisición de bienes y servicios.

La fila de testigos propuestos por el Ministerio Público (MP) en el juicio que enfrenta el ex superintendente de Administración Tributaria, Marco Tulio Abadí­o Molina, continúa este dí­a, fue escuchado el subgerente financiero de la SAT Juan Miguel Irí­as, quien confirmó la responsabilidad de Abadí­o Molina, en la defraudación millonaria.

Amalia Hernández
hernandeza@lahora.com.gt

Para la audiencia de hoy el MP propuso a miembros del directorio de la SAT y subgerentes de la entidad recaudadora de impuestos como testigos durante el proceso de debate oral y público en contra del ex superintendente, dos de sus hijos y varios ex funcionarios de la institución.

El subgerente financiero de la SAT, Juan Miguel Irí­as, relató cómo se hací­a el proceso de compra y adquisición de mercaderí­a en la entidad recaudadora de impuestos, en parte de su testimonio mencionó que los bienes y servicios adquiridos durante el perí­odo de Abadí­o Molina fue sobrevalorado hasta por Q700 mil.

«La experiencia nos indica que se pagó más de lo que se debió haber pagado en relación a los bienes y servicios adquiridos», expresó Irí­as.

El funcionario de la SAT refirió que se debe deducir las responsabilidades respectivas, eso de acuerdo a la jerarquí­a que se manejaba dentro de la institución y en base a la denuncia presentada.

El fiscal a cargo de la investigación, Carlos Paniagua, realizó diversas preguntas al testigo, entre ellas la forma en que a consideración de Irí­as habrí­a sucedido con el proceso de adquisición de bienes y servicios para la SAT.

«Dentro de su exposición mencionaba ajustes al estado financiero y reversiones, a qué se refiere usted con eso», preguntó el fiscal.

El testigo responde: «en un sentido no técnico, nos referimos que se pudo comprobar que durante el proceso de adquisición se pagó más de lo que se debió pagar a un precio justo y manejable», respondió Irí­as.

Paniagua continuó interrogando al testigo, preguntándole, a su criterio quién tendrí­a que cancelar lo que se pagó de más durante la compra de los bienes y servicios para la SAT, a lo que el entrevistador refirió que son los sindicados quienes deben abonar lo sobrevalorado.

«De acuerdo al artí­culo 29 de la Ley Orgánica del Presupuesto el autorizador de egresos de entidades descentralizadas es la autoridad administrativa superior, en este caso es el superintendente de Administración Tributaria, Marco Tulio Abadí­o Molina», mencionó el funcionario de la SAT.

El subgerente financiero de la SAT concluyó indicando que durante el 2003 la entidad recaudadora de impuestos realizó un ajuste presupuestario hasta de 20 millones 960 mil quetzales y al año siguiente este habrí­a sido de tres millones 192 mil quetzales, dinero que fue utilizado para compras, en su mayorí­a de papelerí­a publicitaria.