Confirmación de Florido



Un sano gesto en cuanto al respeto a la institucionalidad del paí­s se dio ayer cuando el Presidente electo confirmó al fiscal general Juan Luis Florido en su cargo. En circunstancias normales esa confirmación no hací­a falta porque el perí­odo para el que fue electo Florido no ha vencido y el ideal es que las autoridades sean respetadas en sus cargos sin acciones de revanchismo como las que hemos visto en el pasado, cuando al llegar un nuevo gobierno arremete contra los funcionarios nombrados para perí­odo determinado por el gobierno saliente.

Obviamente el Ministerio Público es una de las instituciones más polémicas de la vida nacional porque si es cierto, como lo es, que la impunidad constituye la raí­z de los males de la Patria, esa institución es en buena medida responsable de lo que ha ocurrido. El licenciado Florido ha recibido un apoyo considerable en materia de recurso económico y ahora debiera empezar el tiempo de la cosecha de las inversiones realizadas; los cambios administrativos impulsados tienen que reflejarse ya en resultados judiciales y eso es lo que aún sigue pendiente.

Florido necesitará no sólo del apoyo del nuevo gobierno sino una extraordinaria voluntad polí­tica para materializar en resultados los avances actuales y creemos que así­ como hay que reconocer el mérito de la actuación del Presidente electo al preservar la institucionalidad confirmando al Fiscal en su cargo, ahora le corresponde a él actuar con absoluta determinación para proceder en todos aquellos casos que requieren que el Estado recupere su protagonismo y la acción para ponerle fin al imperio casi absoluto que tiene el crimen sobre la sociedad.

Para Florido es un momento especial porque además del simple continuar en el puesto, se abre la oportunidad de pasar a la historia como el primer Fiscal General que realmente se decide a entrarle de lleno y con decisión a la guerra contra la impunidad en todas sus formas. El apoyo que tiene en la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala es importante y puede ayudarle, pero serí­a muy sano que él iniciara acciones por su cuenta para demostrar al paí­s y al mundo que entramos en una nueva era de respeto a la ley.

Y qué mejor que instruir a los fiscales que tienen a su cargo la añeja investigación por el caso de genocidio y delitos de lesa humanidad para que redoblen el esfuerzo y trabajen con todo empeño para demostrar que nuestro paí­s puede y quiere aplicar justicia. Creemos que Juan Luis Florido puede tener un sitio en la historia del paí­s si a partir de ahora hace que el Ministerio Público deje de ser el parapeto final de la impunidad en el paí­s.