Conferencia sobre clima


Desastres. Un grupo de vacas buscan pasto para rumiar, en las montañas austriacas. La ONU se reúne para prevenir catástrofes climáticas fuertes en todo el mundo.

Enfrentada a vacilantes esfuerzos para reducir los gases con efecto invernadero, la Conferencia internacional de la ONU sobre el clima se inició el lunes en Nairobi, Kenya, con la meta de mitigar los efectos del calentamiento del planeta y evitar una catástrofe climática mundial.


La 12º conferencia sobre el clima también debatirá qué ocurrirá después de 2012, cuando expire el Protocolo de Kyoto sobre las emisiones de gases de efecto invernadero, y busca convencer a los mayores contaminantes del mundo que no integran el tratado a que unan fuerzas para frenar o al menos controlar el cambio climático.

Esta es la primera vez que la conferencia se celebra en Africa subsahariana, tocada de pleno por el cambio climático, tal como atestiguan sus numerosas sequí­as.

Unos 6.000 delegados que representan a 189 paí­ses y organizaciones de defensa del medio ambiente participan en la conferencia, que se desarrollará hasta el 17 de noviembre en el cuartel general de las Naciones Unidas en Kenya.

Un grupo de bailarines del paí­s, ataviados con un taparrabos rojo caracterí­stico de los indí­genas masai y con la cabeza adornada con plumas y piel de carnero, abrieron la ceremonia, y cedieron luego la palabra al vicepresidente keniano, Moody Awori.

«El cambio climático emerge rápidamente como una de las amenazas más serias a las que la humanidad se ha enfrentado hasta el momento», afirmó Awori.

En su discurso inaugural, Awori subrayó la vulnerabilidad de las poblaciones africanas frente a este fenómeno.

«Las economí­as subsaharianas son las más afectadas», explicó. «Más del 70% de nuestra población vive en zonas rurales», y subsiste gracias a la agricultura, puntualizó.

«El cambio climático afectará a estas economí­as», previno Awori. «Tenemos una gran tarea por delante», alertó.

Un informe encargado por el gobierno británico al economista Nicolas Stern, publicado a fines de octubre, advierte que el recalentamiento climático podrí­a costar a la economí­a mundial hasta 7 billones de dólares (5,5 billones de euros, es decir, el equivalente al impacto económico de las dos guerras mundiales) si los gobiernos no adoptan medidas radicales en los próximos años.

El ministro keniata de Medio Ambiente, Kivuta Kibwana, elegido presidente de la conferencia, urgió a los paí­ses desarrollados a adoptar «nuevos compromisos» para reducir las emisiones de gas de efecto invernadero, las principales responsables del cambio climático.

La 12ª conferencia engloba un encuentro de integrantes de la Convención-Marco sobre cambio climático de la ONU, adoptada en 1992 y a la cual pertenecen 189 de los 192 Estados miembros de las Naciones Unidas, y la segunda reunión de las partes del Protocolo de Kyoto.

El Protocolo de Kyoto, que completa la Convención, está integrado únicamente por 35 paí­ses industrializados y la Unión Europea.

Concluido en 1997 en Kyoto, Japón, el Protocolo, que entró en vigor en febrero de 2005, impone una reducción de las emisiones de seis gases con efecto invernadero que provocan el calentamiento del planeta: el CO2 (gas carbónico o dióxido de carbono), CH4 (metano), el óxido nitroso (N20), y otros tres gases fluorados (HFC, PFC, SF6).

Para el periodo 2008-2012, actualmente cubierto por el Protocolo, estos 35 paí­ses, que representan un tercio de las emisiones mundiales, están obligados a reducir las mismas en un 5%.

Estados Unidos, que desprende otro tercio de las emisiones, y Australia, son los dos únicos grandes paí­ses industrializados que no ratificaron el Protocolo de Kyoto.

China e India, grandes contaminantes, no están sometidos a cumplir con las cuotas de Kyoto por su estatus de paí­ses en desarrollo.

Hoy en dí­a, la misión más urgente es la de convencer a las economí­as emergentes de participar en los esfuerzos de la lucha contra el calentamiento climático, según expertos en la materia.

«No hay obligaciones de reducción. Pero si un dí­a tenemos que disminuir nuestras emisiones, habrá un sobreprecio y nuestro desarrollo no puede estar comprometido, por eso necesitamos ayuda», declaró a la AFP Bugonu Djeri Alassani, director de medio ambiente de Togo y participante en la conferencia.