La conferencia internacional sobre Irak organizada para mañana en Bagdad tiene el mérito de existir, pero no es más que un tímido primer paso hacia una cooperación internacional para resolver la crisis iraquí, estimaron los expertos hoy.
«Es alentador que la conferencia se realice», opinó Robert Lowe, del instituto de investigación londinense Chatham House. Pero «probablemente sea ambicioso esperar demasiado», añadió, destacando las «sospechas y tensiones» que existen entre los participantes.
Este encuentro, que reúne, a nivel de embajadores, a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) y a los vecinos de Irak, incluyendo a Siria e Irán, es el primero de este tipo.
«No se conseguirá un consenso inmediato sobre lo que hay que hacer por Irak, pero si al menos se logra un diálogo sobre las reglas del juego para evitar que el conflicto se extienda a toda la región, será un paso muy positivo», afirmó por su parte Peter Harling, de la organización Internacional Crisis Group.
«A todo el mundo le conviene que esta reunión se realice», explicó Nadim Shehadi, también de Chatham House. Pero «esta no puede ser una reunión consagrada únicamente a Irak. El programa nuclear iraní estará sobre la mesa, el aislamiento diplomático de Siria estará sobre la mesa, y Líbano y la cuestión palestina estarán presentes en segundo plano», pronosticó este investigador.
«Ya hay algo sobre lo cual podemos apoyarnos. Hay un consenso regional alrededor de la unidad de Irak y de la necesidad de contener la guerra civil», insistió Peter Harling.
«La dinámica es tal (en Irak) que evidentemente podría desbordarse a toda la región, y hay un peligro particularmente importante de que los países vecinos se vean arrastrados al conflicto, ya que tienen necesidad de promover o defender sus intereses en Irak», destacó.
Robert Lowe comparte esta opinión, afirmando que «a ninguno de estos países le conviene que la situación en Irak se deteriore aún más, ya que un caos completo y una guerra civil a gran escala no serían buenos para sus intereses».
Los vecinos de Irak «temen muchísimo las consecuencias de semejante inestabilidad».
En cambio, Mark Thomas, del Royal United Services Instituto for Defence and Security Studies (RUSI) de Londres, no espera nada o casi nada de esta reunión, que según él podría limitarse a un ejercicio de «relaciones públicas», debido a los intereses divergentes de los participantes.
«Usted no puede separar a Irak de la crisis nuclear iraní, un punto fundamental», destacó.
«Irán tampoco se mostrará dispuesto a ayudar a Estados Unidos, ya que sería contrario a los intereses nacionales iraníes, y por su parte Estados Unidos no propondrá un compromiso sobre el progreso nuclear iraní», explicó.
«Irak es probablemente la mejor carta que Irán tiene en sus manos, su mejor instrumento de presión sobre Estados Unidos», añadió.