Condiciones de violencia y educativas en la niñez


    Mañana se cumplen 20 años de la ratificación por parte del Estado de Guatemala de la Convención sobre los Derechos del Niño, perí­odo durante el cual se han registrado avances, pero también estancamientos, en lo que respecta a las condiciones de vida de la niñez guatemalteca.

Eduardo Villatoro
eduardo@villatoro.com

   En torno a esta conmemoración, la representación de la UNICEF en nuestro paí­s ha divulgado un amplio y detallado documento, pero en vista de su extensión sólo me abocaré, resumidamente, a aspectos referidos a la violencia que sufren los infantes, la mortalidad materno infantil y la cobertura educativa, partiendo del hecho de que de los 13 millones de habitantes del paí­s el 49 % es menor de 18 años, de modo que casi la mitad de guatemaltecos está integrada por niños y adolescentes.

    Como punto de referencia sobresale el dato que en 2008 murieron en forma violenta 493 menores de edad, de los cuales 41 niñas o niños perdieron la vida mensualmente, lo que significa un promedio de 9 fallecidos cada semana, a lo que se agrega que el Ministerio Público atendió 9.390 casos de delitos contra la seguridad de niños y adolescentes, mientras que la mortalidad infantil, que comprende de 0 a 1 año, fue de un poco más de 5 mil casos, la mortalidad de la niñez, es decir, menores entre 1 y 5 años, registró 2,238 casos, y la mortalidad materna reportó más de 2 mil mujeres fallecidas.

   Se destaca que los mayores í­ndices de muertes por causas naturales ocurrieron en Alta Verapaz, San Marcos, Huehuetenango y Quiché, departamentos que son predominantemente indí­genas y con altos í­ndices de pobreza, y en los que también se registra el mayor número de mujeres jóvenes embarazadas, de entre 10 y 24 años de edad, entre las cuales 482 niñas de 10 a 14 años y 10,563 adolescentes de 15 a 19 años de edad.

   En torno a la escolaridad, la tasa neta es del 95% en el nivel primario; en el sector preprimario no llegó al 50%; en el ciclo básico fue del 37%, y en el diversificado la tasa de escolaridad sólo alcanzó el 20%. Sin embargo, conforme los datos de la UNICEF, durante los últimos años la cobertura de la educación  ha avanzado de manera «importante», especialmente en el nivel primario; pero se advierte que mujeres, indí­genas y hogares rurales no tienen igual acceso a la educación que los hombres, los ladinos y las familias urbanas.

    A lo anterior se agrega la baja tasa de finalización de los ciclos escolares, que en 2007 se ubicó en el 60% para la primaria y el 50% en el nivel básico, lo que permite visualizar el enorme desafí­o al que se enfrenta el sistema educativo, puesto que además de atraer niñas, niños y jóvenes a la escuela, también debe  evitar que la abandonen, y lograr que avancen en sus estudios.

    Adicionalmente, la realidad multiétnica y cultural del paí­s no es atendida adecuadamente, en vista de que la población indí­gena en general ha tenido y sigue teniendo una escolaridad muy baja, de suerte que no alcanza el 3er. grado de primaria, con el 42.5% de analfabetismo en la población mayor de 15 años de edad en las zonas rurales, que se incrementa al 63% en las mujeres de esas misma áreas.

   En lo que atañe a la población en edad escolar, de 7 a 18 años, también el nivel educativo de los indí­genas es más bajo en lo que respecta al promedio general del número de años aprobados. La media de años aprobados por los indí­genas es de 4.5 años, y las de los no indí­genas es de casi 7 años, y aunque la brecha entre ambos grupos raciales se ha reducido un poco, aún se mantiene una clara diferencia de nivel educativo que desfavorece a los indí­genas.

   (Un racista profesor de cierta escuela rural primaria les dice a sus alumnos de 6º. grado -El que se considere bruto que se ponga de pie. Todos permanecen sentados hasta que se levanta Romualdito Tishudo. El maestro le pregunta: -¿Vos te creés bruto? El niño repone: -No profe, pero me dio pena verlo parado allí­ solito).