La persecución de migrantes indocumentados en Estados Unidos y las expulsiones masivas desde ese país continuarán de forma regular en los próximos meses hasta que ocurran cambios en la política norteamericana, advirtió la Cancillería.
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Las posibilidades para que los migrantes guatemaltecos puedan obtener una residencia y un permiso de trabajo en EE. UU. seguirán siendo mínimas pese a los esfuerzos realizados por la Cancillería, aseguró el viceministro de Relaciones Exteriores, Miguel íngel Ibarra.
«La raíz fundamental de las deportaciones se encuentra en la política migratoria estadounidense, la cual no creemos que vaya a cambiar hasta que tome posesión el nuevo gobierno (el próximo año) y se concluya el trabajo político para la implementación de una Reforma Migratoria Integral».
El viceministro indicó que los recursos económicos de los que dispone la Cancillería se destinan a programas para brindar asistencia legal y atención humanitaria a los migrantes, y no son suficientes para iniciar «el arduo» trabajo de cabildeo con los partidos políticos que se diputan la presidencia en EE. UU.
«Nos gustaría entablar comunicación con los demócratas y republicanos para conocer a profundidad cuál es su visión acerca del problema migratorio (…) eso nos daría la pauta para poder trabajar en conjunto en una política migratoria», señaló.
Visión demócrata
A criterio del director de la Mesa Nacional para las Migraciones (Menamig), Ubaldo Villatoro, la posición del partido demócrata en torno al problema migratorio es objetiva y tiene una estrecha relación con la postura de las organizaciones migratorias.
Sin embargo, en Menamig no se descarta analizar la posición del Partido Republicano en torno al problema, ya que los integrantes de esa agrupación insistieron en la necesidad de impulsar una Reforma Migratoria.
«El respeto de los derechos humanos debe prevalecer en cualquier política que se desee impulsar, sin embargo deben considerarse todas las implicaciones que ello tenga para el país», resaltó Villatoro.
Asimismo, el activista en Derechos Humanos consideró que dentro de la nueva política se debe incluir la igualdad de condiciones para los centroamericanos, ya que en la actualidad los guatemaltecos no tienen la posibilidad de optar a un permiso temporal de residencia.
De acuerdo con la Cancillería, en EE.UU. viven aproximadamente un millón 600 mil guatemaltecos, de los cuales solo el 15% tiene un estatus migratorio regular.
Guatemala sigue con la integración del Consejo Nacional de Atención al Migrante Guatemalteco, Conamigua, mientras tanto en El Salvador, un proyecto de ley sobre migrantes, que entre otros aspectos establece pautas para la reinserción a la vida productiva de salvadoreños deportados, ha encendido un debate en el Congreso entre la izquierda, que propone la medida, y la derecha, que la califica de «inoperable».
«Hemos hecho la presentación de la propuesta de ley a la comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Legislativa para su discusión, es una herramienta necesaria para atender adecuadamente y con una visión humanitaria a todos los salvadoreños migrantes que regresan al país o que son deportados», dijo a la prensa el diputado Carlos Castaneda.
El parlamentario Castaneda, del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), agregó que promueve la normativa «ante el poco apoyo que tienen los salvadoreños que vuelven al país».
«Son casi tres millones de compatriotas los que viven en el extranjero, muchos por una u otra razón vuelven o son devueltos, no tienen empleo y poseen obligaciones familiares, entonces es necesario reinsertarlos a la vida social y productiva», consideró.
En el proyecto «Ley de Asistencia y Protección de los Migrantes y sus Familias», el FMLN sugiere crear un Consejo Nacional que provea «asistencia y protección» a los migrantes con centros de asistencia legal en los consulados salvadoreños en el extranjero.