El supervisor de una fábrica de ladrillos de la provincia de Shanxi ha sido condenado a muerte, mientras que el capataz ha sido condenado a cadena perpetua y el dueño del horno a nueve años de cárcel.
Zhao Yanbing, que fue contratado para supervisar a los trabajadores de la fábrica, ha sido condenado a muerte por homicidio involuntario por el Tribunal Popular Intermedio de Linfen, según se anunció hoy en una rueda de prensa en el Tribunal Popular Superior de Shanxi.
Por su parte, el capataz Heng Tinghan fue condenado a cadena perpetua por herir de forma intencionada a los trabajadores y por detención ilegal. Tras su arresto el pasado mes Heng afirmó que » sentía que no se trataba de gran cosa».
El jefe de la fábrica, Wang Bingbing, hijo de un jefe del Partido Comunista local, ha sido condenado a nueve años de prisión por detención ilegal.
En total, 26 empleados han sido condenados a penas de prisión. Seis capataces, culpables de forzar a trabajadores entre marzo y mayo de este año, han sido sentenciados a entre 18 y 3 años de cárcel.
Los trabajadores eran forzados a trabajar sin ningún tipo de pago. Durante el periodo, 18 de ellos resultaron heridos, uno de ellos de gravedad.
Hasta el momento, 29 dueños de fábricas de ladrillos, capataces y supervisores han sido juzgados por los tribunales en diferentes ciudades y distritos de Shanxi en siete casos y condenados a penas de cárcel.
Se espera que en los próximos días se anuncien las penas de 12 personas implicadas en el escándalo.