Un juez condenó en Egipto hoy a muerte a 683 presuntos partidarios del derrocado presidente islamista, incluyendo al líder espiritual de la Hermandad Musulmana, en el más reciente juicio masivo tan criticado a nivel internacional y por defensores de los derechos humanos.
El mismo juez confirmó además la pena de muerte de 37 de 529 sentenciados en marzo en un juicio similar, aunque conmutó al resto a cadena perpetua.
Sin embargo, las 37 penas de muerte —que pueden ser apeladas ante un tribunal más importante— siguen siendo extraordinarias por su cuantía en Egipto, en comparación con el sonado juicio tras el asesinato en 1981 del presidente Anwar Sadat, cuando solamente cinco personas fueron condenadas a la pena de muerte y ejecutadas.
Al anunciar las 683 penas de muerte por violencia y el asesinato de policías, el juez Said Youssef dijo el lunes que refirió su fallo al gran mufti, el máximo funcionario islámico del país, un requisito bajo la ley egipcia, aunque es considerado una formalidad.
Tanto el del lunes como el juicio de marzo fueron ligados a los mortíferos desórdenes que estallaron en Minya y en otros lugares de Egipto después que las fuerzas de seguridad dispersaron con enorme contundencia un campamento de protesta de la Hermandad Musulmana en agosto de 2013 en El Cairo.
Centenares de personas fueron muertas dentro de una campaña generalizada contra los seguidores del expresidente Mohamed Morsi, derrocado por los militares en julio de 2013. La salida del poder de Morsi —un año después de ser elegido— tuvo lugar después que millones de manifestantes protestaran contra su forma de gobernar, exigiendo que dimitiera por abusar del poder.
Entre los que fueron convictos y condenados a muerte el lunes figuró Mohamed Badie, líder espiritual de la Hermandad. De ser confirmada su pena, sería el líder de mayor rango del grupo condenado a muerte desde que uno de los ideólogos más importantes, Sayed Qutb, fuera ejecutado en 1966.