Condenan a manifestantes por disturbios en Tí­bet


Una atleta tibetana conduce una antorcha alternativa, como protesta por el paso del fuego olí­mpico por Vietnam.

China anunció hoy las primeras condenas contra 30 personas por los disturbios de marzo pasado en Lhasa, que van de tres años de prisión a cadena perpetua, y pidió al Dalai Lama que aproveche su oferta de diálogo y ponga fin a la violencia antes de los Juegos Olí­mpicos.


«Destacadas autoridades aceptaron mantener contactos con el Dalai Lama», dijo la portavoz de la cancillerí­a, Jiang Yu.

«Esperamos que sepa aprovechar esta oportunidad, reconozca la situación y adopte medidas concretas para poner fin a sus acciones criminales de violencia, deje de sabotear los Juegos Olí­mpicos de Pekí­n y de llevar a cabo sus actividades separatistas», agregó la funcionaria.

Pekí­n acusó al lí­der espiritual tibetano, exiliado en India, de fomentar los disturbios en Lhasa con el fin de sabotear los Juegos.

Debido a las presiones de la comunidad internacional, el viernes el gobierno de Pekí­n propuso un encuentro con un representante del Dalai Lama para relanzar el diálogo, interrumpido en 2007, y tratar de resolver la crisis, sin precisar fechas.

Tras los altercados de Lhasa, que causaron 19 muertos según Pekí­n y 203 según el gobierno tibetano en el exilio, la policí­a anunció 400 detenciones.

Un tribunal de Lhasa hizo públicas el martes las primeras condenas. Se trata de penas de tres años de prisión a la cadena perpetua contra 30 acusados que fueron declarados culpables como autores de incendios voluntarios, pillaje, ataques contra instituciones del Estado, robo e icitación a la violencia, según la televisión estatal CCTV.

China acusa a los manifestantes de haber matado a 18 civiles y un policí­a durante los disturbios en los que también resultaron heridos 382 civiles y 241 policí­as.

Asimismo, afirman, incendiaron siete escuelas, cinco hospitales y 120 casas y saquearon 908 comercios causando unas pérdidas generales de más de 224 millones de yuanes (unos 35 millones de dólares).

Sin embargo, el gobierno tibetano en el exilio afirmó este martes que la represión de los disturbios por el ejército chino causó 203 muertos. Hasta ahora los habí­a estimado en unos 150.

Además, elevó el número de heridos a más de un millar y cifró en 5.175 el número de detenciones desde el pasado 10 de marzo.

La represión de las protestas desencadenó una oleada de manifestaciones de los defensores de los derechos humanos y de la causa tibetana durante el periplo mundial de la antorcha olí­mpica, en particular en Londres y en Parí­s los dí­as 6 y 7 de abril.

El relevo en Seúl, el domingo, también se saldó con algún incidente protagonizado por varios estudiantes chinos que atacaron a surcoreanos que protestaban contra la polí­tica de derechos humanos de Pekí­n.

China justificó el martes la actitud de los estudiantes chinos por «defender» la antorcha olí­mpica.

Previamente el primer ministro surcoreano, Han Seung-Soo, habí­a considerado que los incidentes «dañaron considerablemente el orgullo nacional de Corea del Sur» por lo que eran «necesarias medidas legales y diplomáticas».

El relevo de la antorcha se celebró este martes en Ciudad Ho Chi Minh sin que se registrasen incidentes de importancia.

Se habí­an anunciado manifestaciones, pero éstas fueron abortadas por el dispositivo policí­al puesto en práctica por las autoridades vietnamitas.

Grupos activistas denunciaron, además, la detención horas antes del relevo, tanto en la capital Hanoi como en Ciudad Ho Chi Minh, de decenas de militantes que tení­an pensado unirse a las protestas.