Francisco Andrés Francisco, de 40 años, fue sentenciado por el juez George H. King en Los íngeles, luego de 14 meses en prisión preventiva y después de que se declarara culpable en noviembre de 2008 de conspiración para albergar, ocultar y transportar inmigrantes indocumentados desde distintos países de Centroamérica.
El sentenciado es una de las 12 personas acusadas de integrar una red de tráfico de indocumentados con base en Los íngeles, adonde trasladaron más de 9 mil personas en cuatro años, y llegaron a cobrar hasta 5.600 dólares a sus familiares para entregárselos a salvo en distintas ciudades del país.
«Hasta donde tengo conocimiento, esta es la organización de tráfico de personas más grandes que haya detectado Inmigración en el distrito central de California», dijo John Zappone, agente especial de la oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en Los íngeles.
En el marco de esta investigación, seis guatemaltecos, tres de ellos líderes de la banda que usaban como primer nombre Francisco, fueron detenidos el 28 de febrero de 2008 por agentes del ICE que investigaron durante tres años esta red que traficaba con ciudadanos centroamericanos hasta Arizona (suroeste) y luego los dejaba en dos albergues en el sur de Los íngeles.
Los clientes pagaban entre 1.200 a 3.700 dólares para ser ingresados desde México a Estados Unidos, donde eran trasladados a Los íngeles y luego, dependiendo del precio, los dejaban o ayudaban a partir a otras ciudades estadounidenses.
Según la agencia del ICE en Los íngeles, la investigación empezó en mayo de 2005 cuando la policía descubrió en menos de 24 horas dos casas de estos traficantes de personas en el sur de Los íngeles, ocupadas por más de 140 ciudadanos indocumentados.
En Estados Unidos, donde la comunidad hispana es la primera minoría con más de 44 millones de habitantes, viven unos 12 millones de indocumentados, en su mayoría latinoamericanos que entran por la porosa frontera de más de 3.200 km de largo con México.
Sin embargo, desde enero pasado las autoridades migratorias han constatado un gran descenso de las cifras de ciudadanos que se atreven a cruzar ilegalmente debido a la crisis económica en Estados Unidos, donde el desempleo subió a más de 8%.
John Zappone,
ICE en Los Angeles.