El tribunal para el genocidio en Camboya sentenció hoy al principal torturador del Jmer Rojo a cadena perpetua por sus «espeluznantes y atroces» crímenes contra el pueblo camboyano.
El fallo de la Corte Suprema aumentó la pena de 19 años impuesta por un tribunal inferior, que fue apelada por los fiscales por ser demasiado benigna y había indignado a los sobrevivientes que temían que el hombre que supervisó el asesinato de miles de personas pudiera salir libre algún día.
Kaing Guek Eav, conocido como Duch, dirigió la prisión secreta de Tuol Sleng, llamada también con el código S-21. Admitió haber supervisado la tortura de prisioneros antes de enviarlos a ejecución a los «campamentos de matanzas».
En julio de 2010, la cámara baja del tribunal sentenció a Duch por crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, tortura y asesinato.
Fue sentenciado a 35 años en prisión pero le redujeron 11 años por tiempo servido y otros tecnicismos.
El juez Kong Srim, presidente de la Corte Suprema, dijo hoy que los delitos «de Kaing Guek Eav fueron especialmente anonadadores e insidiosos como demuestra el número de personas cuya muerte ha sido demostrada».
El magistrado declaró hoy que la sentencia debía ser más severa porque el excarcelero fue responsable por las brutales muertes de muchas personas. El tribunal especial, que es respaldado por la ONU, dijo que Duch supervisó la muerte de al menos 12 mil 272 víctimas, pero se estima que esa cifra podría ascender hasta 16 mil.
El tribunal dijo que elevado número de víctimas y el prolongado período en el que perecieron, de 1975 a 1979 «hace indudablemente de este caso uno de los más graves ante los tribunales penales internacionales».
Duch, de 69 años, mantuvo la calma y sin mostrar emoción alguna mientras se leía la sentencia. Luego juntó sus palmas y las acercó a su pecho en señal de respeto al jurado antes de que los guardias se lo llevaran.
El fiscal británico Andrew Cayley dijo que Duch podría pedir un indulto tras cumplir 20 años de reclusión en este caso, unos 7 años a partir de ahora.
El Tribunal de Camboya busca justicia para unos 1,7 millones de personas que perecieron por la tortura, hambruna, cansancio o falta de atención médica durante el régimen, en la década de 1970 del maoísta Jmer Rojo.