Las conversaciones entre Corea del Norte y del Sur con el fin de reabrir un parque industrial que las dos naciones operaban conjuntamente terminaron hoy sin acuerdo, pero ambas partes acordaron reunirse de nuevo la próxima semana para discutir la reanudación de actividades de lo que en su momento fue un inusual símbolo de cooperación entre los archirrivales.
El complejo industrial de Kaesong en Corea del Norte, ubicado a poca distancia de la fuertemente militarizada demarcación fronteriza que divide a los dos países, fue cerrado en abril después de la furiosa reacción de Pyongyang a las maniobras militares anuales de Seúl con Estados Unidos y supuestos insultos a líderes norcoreanos. Corea del Norte ha reducido en semanas recientes el tono de sus amenazas militares y seguido un acercamiento diplomático tanto con Seúl como con Washington.
Las dos Coreas concordaron recientemente con el deseo de reabrir el complejo, pero todavía negocian en qué condiciones.
Durante las conversaciones de hoy en Kaesong, las delegaciones de los dos países compartieron nuevamente la opinión de que el complejo debe mantenerse y desarrollarse, dijo a los reporteros surcoreanos Suh Ho, jefe de la delegación de ese país, después de la reunión, según las informaciones proporcionadas a un grupo de periodistas. Ho indicó que las dos partes acordaron reunirse de nuevo en Kaesong el lunes.
También hoy, representantes de fábricas surcoreanas que operaban en Kaesong visitaron el complejo e inspeccionaron equipos que temen puedan arruinarse durante la temporada de lluvias que en este momento afecta a la Península de Corea.
Kim Hak-kwon, miembro de un comité que presiona por la reapertura de Kaesong, dijo que la humedad ha dañado buena parte de los equipos. Más de 10 trabajadores surcoreanos deben dedicar tres o cuatro semanas a reparar y dar mantenimiento a la maquinaria, expresó Kim.
El complejo combina la experiencia, conocimientos y capital de Corea del Sur con la fuerza de trabajo barata de Cora del Norte, y fue la pieza central de la cooperación entre los dos países durante un momento de acercamiento. Otros proyectos conjuntos han cerrado a medida que las relaciones se agriaron durante los últimos cinco años.
Corea del Norte retiró en abril a sus 53 mil trabajadores del parque fabril y Corea del Sur ordenó entonces que sus gerentes se marcharan, contra su voluntad.
Las operaciones del complejo resultaron en una pérdida de casi 2 mil millones de dólares al año en comercio bilateral antes del cierre.
El cierre significó la pérdida de empleo para decenas de miles de trabajadores norcoreanos empleados en fábricas dirigidas por 123 empresas surcoreanas, y la pérdida de bienes y pedidos para los gerentes empresariales que dependían de Kaesong para producir numerosos bienes, como zapatos, relojes, cables y componentes eléctricos.
La Península de Corea permanece oficialmente en guerra porque el conflicto de 1950-53 terminó con un armisticio, no un tratado de paz.