Concluye período de sesiones del Congreso


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Uno de los cambios positivos que produjo la reforma constitucional de 1993 fue el modificar las normas que regían las sesiones del Congreso de la República, estableciéndose dos períodos ordinarios, el primero del 14 de enero al 15 de mayo y el segundo del 1 de agosto al 30 de noviembre de cada año.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com


Es importante que existan esos dos períodos, presuponiéndose que el resto del año, especialmente el lapso comprendido del 15 de mayo al 1 de agosto los diputados trabajarán en sus distritos y a nivel nacional, según la raíz a través de la cual habían sido electos y de esa manera comprobarán el sentimiento y las necesidades de la respectiva población que los eligió. Como seres humanos, en el período comprendido del 1 de diciembre al 14 de enero tomarán en parte vacaciones y compartirán con las organizaciones políticas de donde provienen, lapso de tiempo que como todos sabemos es propicio a las reuniones y convivios. Adicionalmente, varios de ellos podrán aceptar estar en el exterior y nutrirse de las vivencias y experiencias de otros países para hacer acopio de ese conocimiento e implementarlo en el avance y desarrollo de las normas legales guatemaltecas.

En el caso concreto del presente año, idealmente el Congreso no debería de tener sesiones extraordinarias y así evitaría, tanto el Ejecutivo, como el Organismo Legislativo, continuar el enorme desgaste que le ha significado el conocer y aprobar una serie de iniciativas de ley de urgencia nacional, hecho que ha implicado que no tengan un estudio de condición, un dictamen y un procedimiento de aprobación en varias sesiones que permitan el análisis adecuado, la discusión procedente y por consiguiente la crítica fundamentada de que para responder a compromisos inadecuados con el Ejecutivo se han echado los trompos con la pita bien encebada.

También sería prudente que en la Comisión Permanente, nombrada para dirigir el Congreso hasta el 14 de enero, se incluyera al presidente electo del Organismo Legislativo, Pedro Muadi, para que empiece a imponerse y aprender todo lo que sea posible antes que asuma el cargo. Es más, como seguramente continuará ejerciendo funciones de dirección Gudy Rivera, él y quienes queden a cargo de la dirección del parlamento deberían limpiar parte de las muchas incorrecciones que hay dentro de la administración del Organismo Legislativo, donde cada vez más se sirven con la cuchara grande en los nombramientos de asesores, asistentes y personal en general, poniendo en detrimento la imagen del Congreso, y aunque han expresado diferentes diputados, por ejemplo Nineth Montenegro, que van a depurar y reestructurar la administración del Organismo Legislativo, incluso contrataron a Acción Ciudadana que encabeza Manfredo Marroquín, para hacer una evaluación, no se ha visto ningún resultado y beneficio concreto.

En cuanto a las bancadas de oposición, éstas deberían de fijar específica y concretamente que no están de acuerdo en concurrir a sesiones extraordinarias en ese período, que por el contrario, no siendo parte comprometida en la nueva junta directiva, su actuación como fiscalizadores a lo interno del Congreso será contundente y no admitirán el deterioro y el desprestigio que se ha ganado la junta directiva y el Congreso en sí desde el momento en que lo presidía Jorge Méndez Herbruger, que aunque era empresario y muy allegado a los grupos de poder económico, no tuvo empacho en que durante su gestión se aprobara el pacto colectivo de condiciones de trabajo más oneroso y más vergonzoso en la historia del país.
¡Guatemala es primero!