Un emotivo concierto sinfónico con 200 músicos de Colombia y Venezuela, bajo la batuta del aclamado director Gustavo Dudamel, selló -la noche de ayer en Bogotá- el pacto entre ambos gobiernos de dar inicio a una nueva relación política basada en el respeto a sus diferencias.
Vestidos de negro y con una cinta con los colores de las banderas de ambos países alrededor de sus cuellos, 200 músicos de la Sinfónica de la Juventud Venezolana y de las Sinfónica y Filarmónica de Colombia se unieron en un teatro del norte de Bogotá, donde acudieron más de mil invitados.
El «Concierto Sinfónico Binacional» -que hace parte de los acuerdos suscritos por los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Hugo Chávez, cuando restablecieron las relaciones de sus dos países, en agosto pasado- fue dirigido por el aclamado director venezolano Gustavo Dudamel.
El espectáculo que inició con los himnos de ambos países, alternó en su primera parte entre la «Obertura Festiva», del compositor colombiano Blas Atehortúa, con la «Suite Santa Cruz de Pacairigua», del venezolano Evencio Castellanos, y que rinde tributo a su natal población de Guatire.
Después, Dudamel adentró a sus músicos en la «Suite del Ballet La Estancia» del argentino Alberto Ginastera, que describe la vida de los gauchos en la región de la pampa en términos heroicos para terminar con «El Pájaro de Fuego» compuesto por Igor Stravinsky para los ballets rusos de París.
Pero el clímax del público llegó cuando el director, saliéndose del programa oficial, presentó una versión sinfónica del tema venezolano «Alma Llanera», considerado un himno entre los pobladores de la región de los llanos venezolanos y apropiado como tal por los campesinos del oriente de Colombia.
A renglón seguido, y provocando que los presentes saltaran jubilosos de sus sillas, la Sinfónica Binacional cerró su presentación con el tema «Colombia, tierra querida», vitoreado por los asistentes, entre quienes estaban tres ex presidentes colombianos y miembros del cuerpo diplomático acreditado en Bogotá.
«Este concierto tiene un propósito adicional al mensaje artístico: el de la hermandad de nuestros países, que toma la cultura como vínculo. Es histórico y abre miles de puertas», dijo Dudamel a la prensa poco antes de comenzar su concierto.
El presidente colombiano Santos presentó el evento musical «como una manifestación de amistad e integración» y le envió un saludo a su homólogo venezolano, quien tenía previsto asistir a la presentación de la orquesta pero declinó debido a la emergencia por las lluvias que padece su país.
«Qué mejor que este concierto para sellar esos buenos propósitos que con el presidente Chávez hemos establecido de acercar a nuestros pueblos cada vez más, respetando nuestras diferentes formas de ser, nuestras diferentes visiones, pero siempre conscientes de la necesidad de trabajar juntos, de respetarnos dentro de la diferencia para el bien de nuestros pueblos», enfatizó Santos.
A su turno, el embajador venezolano en Bogotá, Iván Rincón, celebró la creación de la orquesta y confió en que «así como fuimos capaces de crear una sola orquesta que trabaja unida, seremos capaces ambos gobiernos de trabajar firmes y de la mano para alcanzar el beneficio mutuo».
Con sólo 29 años de edad, Dudamel es uno de los más consagrados directores de orquesta en el mundo. Dirige con éxito la orquesta Simón Bolívar, bandera del sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, y desde 2009 está al frente de la prestigiosa Filarmónica de Los Angeles.
El sistema de orquestas, fundado en 1975 por el director de orquesta y economista venezolano José Antonio Abreu -presente en el concierto de Bogotá– para ayudar a los jóvenes más desfavorecidos a través de la música, recibió en 2009 el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en España.