Concertación deja el poder con frente en alto pero con riesgos de división


Luego de dejar el poder, la Concertación podrí­a disolverse. AFP PHOTO / Claudio Santana

La Concertación, coalición de cuatro partidos de centro izquierda que ha gobernado Chile durante dos décadas, deja el poder con el orgullo de haber encaminado el desarrollo del paí­s y consolidado su democracia, pero con el temor de que la derrota a manos de la derecha signifique el fin de la unión.


La coalición, que tomó el poder en 1990 tras derrotar a la dictadura de Augusto Pinochet, perdió el domingo su primera elección presidencial en dos décadas, a manos del empresario derechista Sebastián Piñera, que se impuso con cerca de 52% de los votos al ex presidente Eduardo Frei.

La derrota significa el fin de una exitosa etapa de Chile al mando de la Concertación, con avances significativos como un crecimiento económico anual promedio de 5,1% o la reducción de la pobreza de 38% en 1990 al 13,5% actual.

En lo polí­tico, la derrota dejó a la Concertación con el desafí­o de ser por primera vez oposición y mantenerse unida, pese a las fricciones que exhibieron los cuatro partidos que la integran: el Partido Socialista, la Democracia Cristiana, el Partido por la Democracia y el Radical.

«La Concertación queda frente a varios desafí­os: encarnar una oposición en torno a valores que ellos mismos han proclamado estos últimos 20 años y recomponer la fragmentación», comentó a la AFP el analista Guillermo Holzmann.

«Enfrentará también el debate ideológico sobre cómo se proyectarán sus partidos o si refundarán otro referente», agregó.

«La Concertación inició su primer tránsito por la derrota. Es una experiencia que no habí­a tenido y la pregunta del dí­a es si podrá soportarla», coincidió el politólogo Ascanio Cavallo.

Importantes lí­deres concertacionistas prometieron tempranamente protagonizar una oposición constructiva al gobierno de Piñera, al iniciarse el debate sobre la refundación del bloque.

«Haremos una oposición con grandeza para defender los avances que hemos logrado», dijo el ex presidente socialista Ricardo Lagos (2000-2006), al asumir la noche del domingo la derrota electoral.

Lagos, quien asumirí­a un rol protagónico en este perí­odo, llamó también a «dar paso a las nuevas generaciones», reclamando para que las principales figuras del conglomerado -que se mantienen desde la resistencia que hicieron a la dictadura de Pinochet- den un paso al costado.

Precisamente la falta de renovación aparece como uno de los factores más importantes para explicar la derrota electoral de la Concertación a manos de una derecha en la que predominan figuras jóvenes.

«La derrota no constituye un juicio negativo respecto a lo que pasó en estos últimos 20 años. Chile nunca estuvo mejor, pero sí­ indica que es el momento de que la generación polí­tica más exitoso de nuestra historia pase a retiro», señaló el cientista polí­tico Patricio Navia.

«Los partidos se fueron quedando atrás de lo que pedí­a la ciudadaní­a. De eso nadie se hizo cargo. Nadie estuvo dispuesto a poner su liderazgo y su popularidad al servicio de los partidos. Eso le pasó la cuenta a La Concertación», reconoció por su parte el sociólogo Eugenio Tironi.

La Concertación nació para hacer oposición a la dictadura, a la que derrotó en un histórico plebiscito en 1988, tras la cual Pinochet debió llamar a elecciones presidenciales un año más tarde, cuando ganó Patricio Aylwin, inaugurando el primero de los cuatro gobiernos consecutivos del bloque.

La coalición ganó también todas las elecciones legislativas y municipales hasta 2008, cuando por primera vez la derecha se impuso en una elección local, dando luces de un desgaste del bloque oficialista que al final le costó la presidencia.