El relator especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, consideró que la desconcentración de la tenencia de la tierra, que actualmente se destina a la siembra de caña de azúcar, al creciente cultivo de palma africana; y en poder del narcotráfico; contribuiría a solventar la crisis alimentaria en Guatemala.
De Schutter concluyó su visita de tres días al país, durante la cual se entrevistó con los presidentes de los tres organismos del Estado, sociedad civil organizada y comunidad internacional.
Esta mañana, en conferencia de prensa, dio a conocer sus conclusiones, entre las que destacó la importancia de la Política de Desarrollo Rural Integral, de reciente creación, ya que, consideró que la misma garantizaría que la tierra no esté en posesión de un grupo reducido.
«La concentración es excesiva y esto se debe cada vez más a la presión que hay de destinar tierras para la producción de biocombustibles generados con caña de azúcar, palma africana y los excesos de tierra que están siendo adquiridos por los narcotraficantes», puntualizó De Schutter.
De acuerdo con datos oficiales, el 20% de la tierra es trabajado por el 96% de los agricultores de subsistencia, mientras el 70% de la tierra está en poder del 0.2% de los productores que destinan sus cultivos a la agroexportación.
«La Política (de Desarrollo Rural Integral) es interesante por varias razones: porque alienta una producción real agrícola local, (…) para satisfacer las necesidades de la población, en lugar de orientarse a la exportación y esto ayudaría a reducir la dependencia de los productos externos que tienen precios volátiles que responden a precios internacionales», adujo.
También consideró que la crisis alimentaria se puede «mejorar», restableciendo reservas alimentarias para los pequeños agricultores. Además, señaló que existe otro grave problema con los trabajadores rurales, ya que los mismos están desprotegidos, en especial las mujeres.
PREOCUPACIí“N
De Schutter redundó en las contradicciones que muestra el país. «Hay una paradoja porque tiene una excelente legislación para proteger el derecho a la alimentación, pero no lo ha logrado», asimismo, dijo que la situación es «preocupante», ya que «es un país rico que muestra muchas desigualdades muy marcadas al hambre».
«La pobreza y desnutrición se concentran en áreas rurales y afectan desproporcionadamente a la población indígena que aproximadamente representa al 61% de la población», reiteró.
En ese sentido, reconoció la incapacidad del actual gobierno, en cuanto a la disponibilidad de recursos, como consecuencia de la carga impositiva (9.9%) del Producto Interno Bruto (PIB), por debajo del 12.5% que disponen los Acuerdos de Paz, la cual estimó aún insuficiente, para responder a las necesidades del país.
«El Congreso tiene mucha responsabilidad, porque Guatemala viola sus obligaciones», sentenció.
Finalmente, reconoció que el país ha avanzado poco desde la última visita de su antecesor, en 2005.