Avances en la discusión sobre el VIH, el SIDA y las ITS al introducir por primera vez el tema de la niñez y la adolescencia en la agenda académica del encuentro centroamericano.

Con una representante de 17 años proveniente de El Salvador, se llevó a cabo una de las tres intervenciones por parte de los jóvenes planeadas por los organizadores del V Encuentro Centroamericano de ITS, VIH y SIDA, Concasida que se realiza en esta ciudad.

A diferencia de los otros cuatro encuentros, en esta ocasión la temática juvenil aportó una lí­nea de intercambio en la que Plan, junto con otras organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, propuso a la organización la apertura de espacios para la participación y la voz de niñas, niños y adolescentes en relación con la sexualidad, la salud sexual y reproductiva, y el pleno ejercicio de sus derechos, en la agenda principal del evento.

El panel «Vulnerabilidad social de niñez, adolescentes y jóvenes» tuvo aportes de Damaris (17), una jovencita promotora de salud en El Salvador y José Oswaldo (13), un nicaragí¼ense de la Región Autónoma del Atlántico Norte, quienes dialogaron sobre la comunicación, los prejuicios, la búsqueda y necesidad de información en relación con la salud sexual y reproductiva.

Tras definir la vulnerabilidad como la capacidad para resistir y superar las amenazas del entorno, de manera particular en relación con las enfermedades de transmisión sexual, el VIH y el SIDA, Damaris comenzó su intervención reclamando una mayor atención por parte de los adultos clave en el entorno de los jóvenes, de manera especial cuando desean hablar de lo que sienten.

Reconociendo que el VIH y el SIDA no son en sí­ mismos el problema sino la causa de la incapacidad para ejercer una serie de derechos, entre ellos estar clara y suficientemente informados, acceder y recibir atención adecuada en salud, Damaris llamó la atención sobre una situación más compleja en la que también interviene la escuela y la familia juega un rol fundamental.

«Nosotros, queremos saber, y si no nos cuentan, pues simplemente lo averiguamos. Queremos que nos den la información completa, queremos ser escuchados, tomados en cuenta y que nos respeten nuestras opiniones. Si tenemos la información completa podemos tomar decisiones acertadas».

Convencido de que la información disponible para muchachos de su edad es poca y llega tarde, para José Oswaldo el reto para garantizar una sexualidad saludable y segura se traduce en una tarea permanente a realizar en la escuela: «no se queden con el conocimiento, compártanlo; somos el futuro inmediato».

Proveniente de una cultura con fuertes presiones para iniciar de forma temprana la vida sexual, José Oswaldo hace evidente las contradicciones que representa enfrentar mensajes contradictorios con prejuicios, falsas creencias, temor y vergí¼enza.

Al término del panel, la moderación dejó constancia del importante papel que juega la familia en el desarrollo de contextos propicios al diálogo franco y sincero, y la escuela como lugar de encuentro e intercambio en los cuales los niños, niñas y adolescentes deben contar con la garantí­a de participar, opinar y ser incluidos en todas las discusiones.