Un coloso del área, un gladiador del gol. Otra vez Lionel Messi salió al rescate de Argentina con dos soberbios tantos que le dieron el triunfo en lo que fue la mejor actuación del equipo dentro de su marcha invicta por la primera fase de la Copa Mundial.
PORTO ALEGRE, Brasil / AP
Argentina, con un doblete de Messi y otro de Marcos Rojo, venció hoy 3-2 a Nigeria y ganó su Grupo F con el ideal de nueve puntos, para quedar a la espera de un rival para octavos de final, que podría salir entre Francia, Suiza, Ecuador u Honduras.
Loas también para Ahmed Musa, autor de los dos goles de los africanos, que sin la técnica de los argentinos arrimaron peligro más en base a potencia que otra cosa, pero que fue suficiente para poner en aprietos al rival.
«Creo que hicimos un buen partido, más allá de los dos goles que recibimos, creamos muchísimas jugadas de gol», dijo el técnico argentino Alejandro Sabella. «Esperamos seguir así mejorando de a poquito».
Pese a la derrota, Nigeria avanzó como segundo del grupo, con cuatro puntos, ayudado con el triunfo 3-1 que Bosnia (tres unidades) consiguió ante Irán (un punto) en el otro partido que se jugó a la misma hora.
¿Argentina tiene desajustes defensivos?
Sí, es casi un flan en el fondo.
Pero tiene a Messi, quien patrulló la ofensiva entre valles de piernas y colinas de cabezas para meter el primero con un zurdazo que infló la red y otro con un delicioso tiro libre sobre la hora del primer tiempo y que significó el parcial 2-1 para su equipo.
En un arranque electrizante como ninguno en este certamen, dos tantos en un breve lapso cargaron de emoción a una etapa en la que Argentina controló el balón y machacó en ataque, pero sin puntería a la hora de definir.
Messi se despachó a los tres minutos apenas 60 segundos después con un zurdazo que entró como una bala casi cerca del travesaño tras tomar un rebote en el palo de Angel Di María y apenas un minuto más tarde, un gol de Musa, con un sablazo esquinado que superó la estirada de Sergio Romero, calmó la euforia de los argentinos.
Pero Messi desniveló sobre la hora de le etapa con una exquisita definición de tiro libre, para elevar a cuatro el número de goles en tres partidos del torneo.
«Meessi; Meeesi», fue el alarido festivo antes y después del partido de millares de argentinos que estiraban bien la letra «e» y que fueron colmaron las tribunas en las que fueron mayoría en el estadio Beira-Rio, de Porto Alegre.
Al despuntar el complemento, Musa con un zurdazo y pasando como vecino afable entre la defensa argentina, puso el 2-2 a los 47 minutos y Rojo desniveló con la rodilla a los 49.
Poco después, Messi le dejó su lugar a Ricky Álvarez, en lo que pareció una decisión del técnico Sabella para preservar el físico de la «Pulga» para la etapa que se avecina.
Sin Messi en la cancha, un punto de interés fue si la defensa argentina estaba capacitada para detener a Nigeria, algo que logró pero con un poco de zozobra.
Fue el cuarto triunfo Argentina en otras tantos partidos ante Nigeria en Mundiales: 2-1 en Estados Unidos 1994, en lo que fue el último partido de Diego Maradona con los Albicelestes antes de ser suspendido por dopaje; 1-0 en Corea-Japón 2002 y 1-0 en Sudáfrica, además del cosechado en Porto Alegre.
Argentina: Sergio Romero, Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay, Federico Fernández, Marcos Rojo, Javier Mascherano, Fernando Gago, Angel Di María, Gonzalo Higuaín (Lucas Biglio, 90), Lionel Messi (Ricky Álvarez, 63), Sergio Agüero (Ezequiel Lavezzi, 38).
Nigeria: Vicent Enyeama, Joseph Yobo, Efe Ambrose, Juwon Oshaniwa, Kenneth Omeruo, John Mikel, Ogenyi Onazi, Ahmed Musa, Peter Odemwingie, Emmanuel Emenike, Michael Babatunde.
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia).