Con poco optimismo


El presidente francés Nicolas Sarkozy, acompañado por su esposa Carla Bruni-Sarkozy asistieron a la misa en memoria de los pasajeros.

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<p>La Oficina francesa de Investigación y Análisis (BEA) de accidentes aéreos, que estudia la desaparición del Airbus 330 de Air France con 228 personas a bordo, dijo hoy que es «poco optimista» sobre la posibilidad de encontrar las cajas negras.</p>
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«No se puede excluir el hecho de que nunca se puedan encontrar los registradores», declaró el director de la BEA, Paul Louis Arslanian.

Llamadas cajas negras, los dos registradores de vuelo –que en realidad son de color naranja– se encuentran a bordo de todos los aviones civiles y contienen informaciones sobre la trayectoria, la velocidad, la altura del vuelo y también las conversaciones en la cabina de pilotaje.

Veinte expertos de la BEA trabajan apoyados por una treintena de la compañí­a aérea Air France y del constructor de aviones europeo Airbus, además de investigadores brasileños.

El director de la BEA recordó que las cajas negras se encuentran sin duda en un lugar «profundo y montañoso» en el fondo del Océano Atlántico.

Pero «no es la única herramienta», aseguró antes de precisar que en casos anteriores «ya se ha trabajado sin registrador de vuelo».

No obstante, precisó que las cajas negras son un «un medio precioso para las investigaciones».

Si se las encuentra y a condición que estén en buen estado, permitirí­an «tener muchas más informaciones» e ir «probablemente mucho más lejos», aseguró el responsable de la BEA.

Arslanian advirtió que la investigación sobre «la peor catástrofe en materia aérea que haya conocido Francia» serí­a de todas maneras larga y ardua, dada la zona difí­cil, en pleno Océano Atlántico, donde se produjo, a unos 1.000 km de la costas brasileñas y 2.000 de las costas senegalesas.

Como primer dato sobre la investigación, el responsable de la BEA afirmó que «ningún elemento hace pensar que el avión tení­a un problema antes de despegar de Rio» y señaló que su Oficina intentará «publicar un primer informe a fines de junio».

«El objetivo de esta investigación es evitar otros accidentes», destacó el director de la BEA, para lo cual el organismo puede hacer «recomendaciones» a las compañí­as aéreas, a los constructores y a la aviación civil en general.

Un buque francés de búsqueda y exploración submarina, el «Pourquoi pas», del Instituto Francés de Investigaciones para la Explotación Marí­tima (IFREMER), equipado con dos robots submarinos, partirá hacia la zona donde desapareció el Airbus de Air France para tratar de ubicar las cajas negras.

Los robots submarinos «Nautile» y «Victor 6000» están dotados de cámaras y de brazos mecánicos para operar hasta 6.000 metros de bajo el nivel del mar.

La profundidad máxima del fondo marino en la zona de búsqueda del avión desaparecido es de unos 4.700 metros, precisó el Servicio Hidrográfico de la Marina (SHOM) en Brest (oeste).

Las autoridades brasileñas y francesas confirmaron el miércoles que los restos de un avión descubiertos el martes por la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) a unos 1.000 km de la costa de Brasil y a 2.000 de las costas de Senegal, provení­an del vuelo AF447 de Air France.

Ese Airbus 330 de Air France que habí­a despegado de Rio de Janeiro el domingo y debí­a aterrizar el lunes en Parí­s, desapareció en el Atlántico con 228 personas a bordo, entre éstas 72 franceses, 59 brasileños, dos españoles y un argentino.