Cuando el gobierno tiene compromisos de pago, aquí y allá, está en un brete. Al final resulta que los fondos no dan para más y entonces se arma un verdadero laberinto. Las fuentes de financiamiento terminan siendo inseguras porque hay error de cálculo y las mismos presentan un rostro por de más escurridizo.
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En balde tanto asesor muy bien remunerados y convertidos en enjambre que constituyen una auténtica sangría. Consecuencia del parón en seco, que deviene de la enorme burocracia, responsable de torpedear demasiado y hacer engorroso cualquier trámite de oficio, o bien iniciado por el ciudadano en uso del derecho de petición.
Los momentos de euforia proselitistas lanzados al viento sin medir siquiera por igual posibilidades y conveniencias, cuestan un ojo de la cara. Esos ofrecimientos o promesas pecan de simple verborrea en época preelectoral. Si se es realista en todo caso jamás harán un papel chueco, de mal gusto y fuera de foco.
El hecho de quedar bien con todos tampoco es un buen proceder, por el contrario, antes de actuar a ciegas no deben quedarse nunca sin análisis -de rigor. Queda de verdad en sólo intenciones volanderas, con las cuales está empedrado el camino del cielo. Salta a la vista la urgencia de poner los pies sobre la tierra.
Las anteriores disquisiciones vienen a cuento por los muchos compromisos de pago que tiene pendiente el actual gobierno central. Para poder pagar es obvio que deben contar con los recursos monetarios indispensables, digan lo que digan. Por lo visto, parece indicar el caso que la nave tiende a zozobrar a veces entre el oleaje.
Tiene el compromiso formal de hacer efectivo el incremento a las pensiones de los jubilados estatales, a partir de julio recién pasado. El aludido incremento fue aprobado por unanimidad y con carácter de urgencia nacional por el Congreso de la República. Sin embargo, continúa tal compromiso en el aire y acaso olvidado.
De igual manera tiene también el compromiso de hacer un fuerte pago a cuenta de cuotas atrasadas (en mora) con el IGSS. Esa operación sirve de base financiera a los efectos que la institución autónoma pueda a su vez cumplir con incrementar las pensiones del programa de Invalidez, Vejez y Sobrevivencia de bastante cobertura.
Por otra parte se encuentra pendiente de pago el Programa del Adulto Mayor sin Cobertura Social, que dicho sea de paso «es una bola de nieve que crece» asevera el ministro de Trabajo. Indica además que al ritmo que van las cosas, debido a nuevos expedientes autorizados, los fondos asignados por el Organismo Legislativo no alcanzarán.
Similar condición equivalente a compromiso de pago gubernamental concierne al resarcimiento a las víctimas del conflicto armado. Referente a este otro compromiso es oportuno destacar que los beneficiados en parte les han cubierto en forma constante y sonante, a resultas del largo expedienteo, infaltable.
Y como si fuese poco lo anterior, además hay inmediato compromiso de asignar considerable cantidad de millones de quetzales para las emergencias. Esto parece un costal sin fondo, merced al cúmulo de calamidades que provocan las constantes y copiosas lluvias que azotan inclementes a nuestro país que le llueve sobre mojado.
Inclusive de llevarse a cabo la adhesión de Guatemala al proyecto Petrocaribe, objetado duro y a la cabeza, por importantes sectores nacionales, será un compromiso mayúsculo de pago a largo plazo, pero pago al fin. En conclusión una inversión de 25 años al 1%%%% de interés, con dos años de gracia. ¡Qué tal!