Con motivo del undécimo Aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz


Al iniciarse el nuevo ciclo escolar 2008, y en la conmemoración de los 11 años de la firma de la paz, muchos educadores e instituciones educativas reflexionan sobre su quehacer. Se corre el riesgo de caer en la rutina, por ello, resulta interesante considerar, lo que sobre educación, dicen los Obispos de la Conferencia Episcopal de Guatemala, en la Catequesis que, con motivo de la visita de Su Santidad Juan Pablo II en 1996 a Guatemala, publicaron:

Lic. Raúl Hernández Chacón

1. Educar significa promover el diálogo y una convivencia respetuosa.

2. La educación debe ser escuela práctica de la justicia y del respeto debido al otro, sobre todo si el otro es el pobre y el marginado.

3. La educación ha de exigir el cumplimiento de los propios deberes y el ejercicio de la sana critica.

4. La educación debe desarrollar capacidades en los niños y los jóvenes que les permitan reconocer las consecuencias sociales de sus acciones.

5. La tarea de la paz exige educar para la justicia y la libertad, para la reconciliación y la fraternidad.

6. Hay una relación estrecha entre ignorancia y pobreza, entre ignorancia y subdesarrollo.

7. Sólo la educación disipara la ignorancia, abriendo cauces al desarrollo del paí­s.

8. En una sociedad que empieza a confiar ACRíTICAMENTE, en la tecnologí­a y el consumo, el sentido de humanidad disminuye, y se reproduce sin escrúpulos una cultura de deterioro ecológico, social y ético.

9. La educación para la paz encuentra en nuestro paí­s un gran obstáculo el analfabetismo. Es imperdonable y vergonzoso que de nuestro sistema educativo queden en la práctica excluidas grandes mayorí­as, sobre todo campesinas e indí­genas.

10. El sistema educativo guatemalteco continúa caracterizándose por ser libresco, academicista e individualista.

11. Los contenidos programáticos se orientan al tener y al poder en función de las demandas de una sociedad competitiva y consumista. no privilegian la acción constructora y transformadora del hombre.

12. Llevar a cabo una experiencia de educar para la paz, supone plantearse una serie de interrogantes y diseñar modelos creativos de personas y de sociedad que necesariamente han de entrar en contradicción con los valores imperantes y las normas establecidas.

13. La educación ha de basarse en la cultura propia del campesino y del indí­gena.

14. La escuela debe dejar los moldes tradicionales para adaptarse al área rural e indí­gena. Para ello es conveniente y exigible la descentralización del sistema educativo, que ofrezca justa y conveniente oportunidad a todos, que posibilite la educación no formal y popular.

15. La Iglesia tiene que hacer todo lo posible para animar procesos de cambio de principios, programas y filosofí­as educativas. Así­ como de métodos y de pedagogí­as que privilegien la educación para la paz y la justicia.

16. Debe procurar la formación y promoción de maestros, de forma que trasciendan los lí­mites de la profesión para sumir su misión como votación de servicio y colaboración en la obra de la creación.

17. La acción educativa debe buscar el objetivo de estructurar la personalidad del educando de manera que le capacite para vivir cristianamente.

18. La fe es viva cuando se traduce en obras, es decir, en un estilo de vivir que es coherente con la aceptación de JESUCRISTO, hecha por la profesión de nuestra fe.

Estas 18 ideas de fuerza, publicadas hace 11 años, son de increí­ble actualidad, escritas para el año 2008, que se inicia con nuevas autoridades de gobierno, que esperamos den prioridad a la educación, como una polí­tica de Estado. ASí LO OFRECIERON EN SU CAMPAí‘A ELECTORAL.