Catalina Soberanis, fue la primera mujer que presidió el Congreso de la República, fue Ministra de Trabajo y Previsión Social, entre otros importantes cargos, y actualmente se desempeña como asesora política del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo e integra la iniciativa Más Mujeres, Mejor Política. En esta entrevista analiza la actual situación de participación y representación política de las mujeres guatemaltecas, los obstáculos que se afrontan y se pronuncia por la implementación de «acciones positivas» que permitan la equidad en la participación política entre hombres y mujeres. Para Soberanis, la participación de más mujeres le da un valor añadido al ejercicio político porque «por ser mujeres, somos más sensibles a los temas que afectan específicamente a las mujeres y a otros sectores que tradicionalmente han sido discriminados o excluidos».
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– MíS MUJERES, MEJOR POLíTICA: ¿Cómo describiría la situación actual de la participación y representación política de las mujeres guatemaltecas?
– CATALINA SOBERANIS: Pienso que es impresionante el cambio observable en la participación de las mujeres en los espacios públicos de la sociedad, a partir de la apertura democrática y, especialmente, después de la suscripción de los acuerdos de paz, pero ese incremento en la participación no se refleja en la representación de las mujeres en los ámbitos de toma de decisiones, pues somos aún muy pocas las que hemos accedido a esos espacios.
– MMMP: ¿Cuáles son los principales obstáculos, que usted ha identificado, a lo largo de estos años, que impiden una participación y representación política de las mujeres en las mismas condiciones que la de los hombres?
– CS: El gran marco de referencia es una cultura patriarcal que en el fondo considera a la mujer una persona inferior. A partir de ello, no se brindan a las mujeres suficientes oportunidades de educación, de acceso al ingreso y de disfrutar de una vida sin violencia. El no tener esas oportunidades hace más difícil a las mujeres la participación y la representación política.
– MMMP: Usted fue la primera presidenta del Congreso de la República. Ha sido Ministra de Trabajo y ha ocupado otros cargos públicos de gran trascendencia. ¿Por qué usted sí ha logrado llegar a estas posiciones de poder y a otras mujeres les ha sido tan dificultoso?
– CS: En primer lugar porque tuve una experiencia familiar de valoración de la dignidad humana y de búsqueda de la excelencia sin diferenciar a hombres de mujeres. Luego, porque se me brindaron oportunidades de formación, primero en el apostolado religioso y después en mi partido, que fortalecieron mi vocación política y, finalmente, porque nunca me daba por vencida ante los obstáculos y tenía la disposición a establecer alianzas con otros grupos discriminados, y fue así como en alianza y con apoyo de ellos, alcancé esas posiciones.
– MMMP: Algunas mujeres que han llegado a ocupar cargos públicos -ya sea por elección popular o por designación- hacen una crítica a quienes solicitan que se tomen medidas para lograr la equidad en la participación y representación política de hombres y mujeres. Aducen que si a ellas les costó muchísimo, ¿por qué se les va a facilitar el camino a las demás?
– CS: Yo pienso todo lo contrario, quienes hemos llegado superando muchos obstáculos, hemos abierto una brecha que debe ser ensanchada y, precisamente por lo que a nosotras nos costó, debemos apoyar a otras mujeres para que ellas tengan mejores oportunidades. Si esas medidas afirmativas hubiesen existido, no nos hubiese sido tan difícil el acceso a los cargos públicos.
– MMMP: ¿Qué tipo de medidas de corto, mediano y largo plazo serían las más eficaces para lograr la equidad entre hombres y mujeres, en lo que a participación política se refiere?
– CS: Soy firme creyente de que la educación es la que nos abre la puerta hacia el mundo, por lo tanto creo que deben abrirse más oportunidades de acceso a la educación para las mujeres. Pero reconozco que es una inversión a mediano plazo, por lo que en el corto plazo, lo más importante son las acciones positivas, para promover que las mujeres participen en mayores porcentajes en las decisiones y en los cargos de elección o nombramiento, la experiencia en otros países nos demuestra su efectividad. En el largo plazo, el cambio sociocultural es lo único que puede dar sostenibilidad a la activa participación de las mujeres en la vida pública.
– MMMP: Usted es fundadora de la iniciativa Más Mujeres Mejor Política. ¿De dónde surge el nombre y qué hay que entender por él?
– CS: El nombre hace referencia a la calidad de la política y a lo que las mujeres podemos aportar desde nuestra visión del mundo. Es un hecho que estamos sub representadas en la institucionalidad política, pues en el ámbito parlamentario no se ha llegado siquiera al 15% de participación; y en el ámbito municipal el porcentaje es aún menor. Por ello se considera que más mujeres en la política harán de ella una política mejor y más completa.
– MMMP: ¿Se mejoraría realmente la política si hay más participación de mujeres? ¿Por qué?
– CS: Si hombres y mujeres somos complementarios en la vida cotidiana, con igual o mayor razón debemos serlo en la vida pública. Nuestra experiencia de vida es diferente y atendemos aspectos que probablemente no son percibidos de la misma manera por los políticos varones. Por otra parte, precisamente por ser mujeres, somos más sensibles a los temas que afectan específicamente a las mujeres y a otros sectores que tradicionalmente han sido discriminados o excluidos. En ese sentido, con más mujeres participando, la política tendrá una visión más integral y de mejor calidad humana.
– MMMP: ¿Cuáles son los objetivos que persigue la iniciativa Más Mujeres Mejor Política y qué tipo de actividades realiza?
– CS: Promover una mayor participación y representación política de las mujeres. Entre las actividades que desarrollamos están la divulgación de información y análisis comparativos sobre la participación de las mujeres en los distintos espacios de decisión, también se desarrollan actividades de sensibilización hacia líderes y lideresas políticas sobre la importancia de ampliar las oportunidades para las mujeres y se apoya a las mujeres que se postulan a cargos de elección.
– MMMP: En uno de las publicaciones de Más Mujeres Mejor Política se habla de la «democracia paritaria» ¿qué engloba este concepto?
– CS: Que hombres y mujeres deben participar con igualdad de oportunidades. Eso significa promover una participación equitativa de hombres y mujeres y cuando una posición es ocupada por más de una persona, a la par de un hombre debe estar una mujer y viceversa.
La democracia paritaria busca: Garantizar en la práctica el derecho a la participación política de hombres y mujeres; lograr la universalidad de los derechos políticos -basada en los principios de igualdad y no discriminación-, avalar la representatividad equitativa de hombres y mujeres en las instancias de toma de poder político y de decisiones; terminar con una grave carencia de nuestro sistema democrático, que ha excluido permanentemente a las mujeres de los espacios de participación y representatividad y garantizar la justa proporción en los puestos políticos.
– MMMP: ¿Es posible pensar que en un país como Guatemala, donde la representación de las mujeres en el parlamento apenas alcanza el 12% y en las alcaldías no llega siquiera al 1% se alcance alguna vez la democracia paritaria?
– CS: Parecería un sueño imposible, pero precisamente por esas cifras es que debemos empeñarnos en dinamizar el proceso, promoviendo activamente una mayor participación y representación de las mujeres
– MMMP: Existe y está muy arraigada en el país la creencia que el espacio público es predominantemente «cosa de hombres». A partir de esto se educa a los niños y niñas y se establecen una serie de estereotipos sobre los roles femeninos y los masculinos. ¿Cómo deconstruimos este discurso y esta práctica?
– CS: Lo primero es dejar de culpar exclusivamente a las mujeres por la reproducción de esos estereotipos y hacer un esfuerzo desde diferentes perspectivas y dimensiones, pues se dice que somos las mujeres quienes formamos a los hombres machistas, cuando todo el ambiente que nos rodea, especialmente la cultura social, reproduce esos roles tradicionales. Lo digo porque he escuchado a varias de mis amigas, que tratan de cambiar esos patrones en sus hijos e hijas, pero cuando ellos están en la escuela o con sus amigos, son objeto de burlas o ridiculización. En los medios de comunicación social y en la publicidad también se reproducen y exaltan esos estereotipos.
– MMMP: Dada su experiencia política, ¿es posible pensar en este momento y con la composición de la actual legislatura en la aprobación de una reforma a la ley electoral y de partidos políticos que estimule mayor participación femenina?
– CS: Las iniciativas sobre este tema se han presentado en el Congreso desde 1994. Yo esperaría que después de 15 años de recurrentes deliberaciones y contando con suficiente información y argumentos para ello, muchos legisladores y legisladoras consideren que ha llegado el momento de aprobar normas que posibiliten una mayor participación de las mujeres, al igual que se ha hecho en la mayor parte de los países de América Latina, en los cuales se ha demostrado que las acciones positivas efectivamente logran esa mayor participación.
– MMMP: ¿Qué mensaje puede compartirles a otras mujeres que a pesar de años de militancia en partidos políticos no consiguen ser tomadas en cuenta en los listados de elección popular o en puestos de decisión dentro de sus agrupaciones?
– CS: Mientras no existan acciones positivas como las que propone la iniciativa Mas Mujeres, Mejor Política, la situación no va a mejorar; creo que las mujeres que ya militan en los partidos, además de apoyar dichas acciones, deben promover mayor participación de otras mujeres, para que se conviertan en una fuerza importante numéricamente. También deben realizarse eventos de formación y de promoción de liderazgo con las mujeres y desarrollar actividades de sensibilización, así como una estrategia de alianzas con miembros varones. Los frentes o ramas femeninas en los partidos deben ser espacios de formación e intercambio, pero no deben encasillar a las mujeres en actividades tradicionalmente consideradas «femeninas», como la acción social o convertirse en «ghetos» cerrados. Las mujeres pueden involucrarse en actividades generales de organización, de comunicación, de capacitación y otras, en conjunto con los varones.