El matutino elPeriódico publicó el martes 24 un artículo escrito y firmado por el ingeniero José Rubén Zamora Marroquín, una denuncia que requiere mucho valor y cuyo fondo es la situación de indefensión en que se encuentra sumida Guatemala y sus instituciones, de rodillas frente al crimen organizado y asociado con éste, frente a los hampones disfrazados con ropaje de políticos que sirven a los primeros. En relación al ingeniero Zamora, como diría un amigo, colega y compadre, el mencionado señor tiene más huevos que una iguana de agua (a las iguanas que viven a las orillas de los ríos de la costa se les llama iguanas de agua y característicamente tienen muchos huevos).
El valor con el que el Ing. Zamora denuncia el asesinato del coronel Mauro Antonio Jacinto Carrillo, víctima de secuestro y ejecución extrajudicial el 14 de agosto de 2008 es impresionantemente clara y brutal. El artículo mencionado está escrito con el acápite «Quién mató a Jerónimo» señalando que el militar era Consejero de ílvaro Colom durante la última campaña y que en caso de triunfar Colom, sería su Ministro de Defensa con el fin de limpiar al Ejército desatando sus lazos con el crimen organizado establecidos a través de la participación de miembros de la Institución Armada en acciones criminales que aparecen día a día en los medios de comunicación: secuestros, asesinatos, extorsión, cohecho y peculado y con esto robo descarado del dinero del Estado léase del dinero de todos los guatemaltecos pobres y ricos.
Señala el ingeniero Zamora que: «el General Mauro Antonio Jacinto Carrillo con un grupo de colegas, compañeros y amigos de alta en el Ejército de esos días, asesoraron a Colom durante cuatro años para que al tomar el poder, estuviese en posición de limpiar la Institución Armada cuyo alto mando ha estado, en el escenario más optimista, infiltrado por el crimen organizado. En casos extremos y patéticos como el Gobierno de Portillo el crimen organizado en pleno llegó a subordinar y promover a sus socios claves en el alto Mando Militar».
Lo anterior y esto es de mi pluma, consta en la triangulación de 120 millones de quetzales provenientes de fondos de varios Ministerios del Estado solicitados por el entonces Ministro de la Defensa General Eduardo Arévalo Lacs «compañero de juegos de Alfonso Portillo,» para defender la soberanía nacional». Estos 120 millones se perdieron a través de dos cheques por 78 y 42 millones emitidos sin más respaldo que simples certificaciones aduciendo secreto militar y luego 34 millones de esos, fueron entregados confidencialmente al ex Presidente del Crédito Hipotecario Nacional Armando Llort Quiteño al servicio de Alfonso Portillo -hoy testigo protegido en los Estados Unidos por su relación con el narcotráfico y el crimen organizado- para luego ser desviados a cuentas de algunos jerarcas militares y de familiares de Portillo. Parte de esos fondos por varios millones de dólares fueron denunciados por Bancos Suizos por su dudoso origen y están a nombre de familiares cercanos de Portillo con el agravante que el mismo ex Presidente en una declaración reciente sin precedentes, aceptó que esos millones era cierto que estaban a nombre de sus familiares, pero que nadie podía probar que provinieran de los dineros de los contribuyentes del Estado de Guatemala… ¡Qué Asco! Más asco da todavía que el mencionado ex presidente Portillo esté visitando los Departamentos del Interior apadrinado por miembros importantes de tres partidos políticos, el PAN, el FRG y la UCN para integrar una coalición electoral en las próximas elecciones.
Sigue diciendo el Ingeniero Zamora: » después de tres décadas y siete presidentes civiles más tarde el crimen organizado -poder para militar, o como usted quiera llamarle- sigue controlando la columna vertebral del estamento militar y tiene infiltradas por subordinados las posiciones claves de poder de todas las instituciones del Estado. A la mayoría de Oficiales que son honestos los mantienen en la periferia enajenados de los mandos estratégicos.» Sumándome a lo dicho por el Ing. Zamora debo mencionar que es importante recalcar que en el Ejército hay gente honesta, disciplinada y capaz, deseosa de ayudar al resurgimiento de Guatemala, pero éstos poco pueden hacer si no se liberan de los tentáculos que los aprisionan.
Continúa el Director de elPeriódico: «Los de lado oscuro -a través de Charlie Quintanilla- se impusieron a Jerónimo y su gente, desplazándolos sin mucho esfuerzo. A Mauro Antonio Jacinto Carrillo -Chinto- no le quedó capacidad de maniobra. Durante dos visitas a mi casa, casi a cuenta gotas, me confirmó que quienes se habían impuesto y controlaban la nueva seguridad del Estado -Ejército y Gobernación- eran los criminales de siempre? A esto siguió su secuestro y ejecución como mensaje para quienes quedan vivos, le partieron en dos las espinillas (las dos tibias y los dos peronés, por la mitad) le arrancaron los testículos y, desde la espalda con un pedazo de nylon lo asfixiaron. El secuestro y la ejecución extrajudicial quedaron impunes. El Presidente jamás movió un dedo para que se averiguara; menos para que tuviera lugar la persecución penal. Pero era su amigo. Tampoco exhortó a la CICIG y al Ministerio Público a que realizaran investigación alguna».
Digo yo: es incomprensible la actitud del presidente ílvaro Colom ante un crimen de esta naturaleza, en donde está en juego su hombría de bien y su tradición familiar, tradición de la que blasonó y con la que engañó a muchos como a mí durante su campaña. Al ver la actitud del Ing. Colom se vuelve a confirmar que existe una maldición en la Casa Presidencial: a los que en ella entran siendo malvados los vuelve peores, los que llegan siendo ya ladrones se corrompen más, a los tontos las mieles del poder los hace creer que ya son listos, y a los que navegan con bandera de buenos los transforma en marionetas y los hace sentirse como grandes estadistas.
Mis respetos a usted don José Rubén, así se hace Patria con inteligencia y cojones, pienso que su coraje y enjundia nos da ánimo a quienes vemos con dolor como se está destruyendo Guatemala y debe servir de ejemplo a don Carlos Castresana, el Director de la CICIG que ya está demostrando tener tantos huevos, como los tienen las iguanas de agua de los ríos de la costa.
Para terminar, la fotografía del general Mauro Jacinto que publica elPeriódico con ese sello macabro después de haber pasado por la morgue, no debe ser vista con terror por sus familiares y por los guatemaltecos, sino con esperanza y orgullo de que todavía hay hombres de valor dentro del Ejército.